Este martes 8 de marzo se conmemora la lucha incesante de las mujeres latinoamericanas, en medio de un panorama turbio en el que se han incrementado a niveles terribles la violencia, los asesinatos, la indiferencia generalizada que abarca desde el Estado hasta la sociedad civil. En México la situación es crítica, con una cultura de la misoginia enraizada en todos los ámbitos de la ciudad, con posturas políticas ambiguas que se quedan en el terreno de las promesas, con mujeres asesinadas a diario, y perseguidas por la ley ante la negación de las autoridades de despenalizar el aborto y volverlo un derecho legítimo. En Febrero del año en curso sacudió a la nación el caso de una niña indígena en el estado de Guerrero, de nueve años de edad, víctima de abuso sexual por parte de un familiar. En primera instancia le fue negado el derecho al aborto por los tropiezos burocráticos y culturales no sólo del personal médico, sino de los funcionarios estatales, hasta que tras varios reclamos su situación fue revalorada y "concedida" después de un proceso innecesario de denigración. Es pan de cada día en la realidad de las mexicanas que a las víctimas se les cuestione, que se ponga en entredicho su verdad con cuestionamientos inválidos, que valga más la palabra de sus agresores antes que las de ellas mismas. En el contexto del 8M, el discurso del presidente Andrés Manuel López Obrador no aporta mucho a una problemática específica que desde hace mucho se le salió de las manos no sólo a su Gobierno, sino al país entero.En su conferencia matutina, abanderó una postura equívoca de bandos irreconciliables: "Tenemos información de que se están preparando con marros, con sopletes, con bombas molotov. ¿De qué se trata? Ya eso no es defender a las mujeres, ni siquiera es feminismo, eso es una postura conservadora reaccionaria en contra nuestra", dijo. Esta mañana, las calles de la capital parecen preparadas para una guerra, con comandos de seguridad guarneciendo como murallas insensibles los edificios emblemáticos de la ciudad de México, en un acto que hace oídos sordos a los llamados de las mujeres, que no combate la violencia de género, que no aporta un ápice a la enrevesada situación legal en torno al aborto. De acuerdo con Verónica Cruz, integrante de la organización feminista "Las Libres", y tomando datos oficiales del gobierno federal, en 2021 fueron asesinadas 3 mil 753 mujeres, estadísticamente 10 por día, y de esta cifra inconcebible únicamente 1.006 fueron clasificados como feminicidios.En el cono sur, en Argentina, la lucha se ha caracterizado por la victoria de batallas decisivas, tales como la del aborto libre, seguro y legalizado. No obstante, hace pocos días horrorizó el caso de Palermo, uno de los barrios populares de Buenos Aires, en el que una joven fue agredida sexualmente por seis universitarios dentro de un coche en el desamparo del día y a la mirada de los transeúntes, que demasiado tarde detuvieron el ataque.En el norte argentino, se conmemora también a dos indígenas wichi, asesinadas a puñaladas a principios de año. Tan sólo en enero, en Argentina, se registraron 29 feminicidios. El colectivo "Ni Una Menos" convocó a las mujeres argentinas a "recuperar las calles". En Chile, el movimiento feminista ha ascendido a una situación política que se espera favorable, abanderada por el gobierno de izquierda del recién presidente electo Gabriel Boric, cuyo gabinete tendrá 14 de sus ministerios encabezados por mujeres, y que promete acciones determinantes en cuanto a la violencia de género. También se espera una jornada masiva por esta tarde en Santiago. Con información de APFS
