Human Rights Watch (HRW) denunció hoy la ejecución de decenas de rohingyá por parte del ejército birmano en una localidad del estado de Rajine, en el oeste de Myanmar, mientras las agencias de la ONU urgieron la entrega de fondos para ampliar la respuesta humanitaria.De acuerdo con la organización no gubernamental, testigos relataron que soldados birmanos golpearon, agredieron sexualmente, apuñalaron y tirotearon a residentes de la localidad de Maung Nu que se habían refugiado en un complejo residencial el pasado 27 de agosto.Los sucesos denunciados tuvieron lugar dos días después de los ataques contra puestos de seguridad por parte de milicianos rohingyá, que desencadenaron una operación militar a gran escala que ha dejado al menos 400 muertos. Esta operación ha sido denunciada por la ONU como "limpieza étnica".La ONG no pudo verificar de forma independiente el número de civiles que habrían sido asesinados durante la operación, sin embargo, aseguró que cuenta con imágenes por satélite que muestran la práctica destrucción total de Maung Nu (conocido localmente como Monu Para) y la cercana Hpaung Taw Pyin (Pondu Para)."Todos los horrores de los crímenes contra la Humanidad del Ejército de Birmania contra los rohingyá son evidentes en los asesinatos en masa en Maung Nu", sostuvo el subdirector de HRW para Asia, Phil Robertson, en un comunicado.La organización ha entrevistado a 14 supervivientes y testigos de Maung Nu y sus alrededores, ahora refugiados en Bangladesh, quienes han dicho que cientos de personas se refugiaron en el complejo residencial, en el que irrumpieron los militares.Según estos relatos, los soldados se llevaron a decenas de hombres y niños al patio y allí les tirotearon o apuñalaron hasta la muerte, mientras que otros fueron asesinados cuando intentaban huir. Tras ello, cargaron camiones con los cuerpos para llevárselos de allí.Por otra parte, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCHA) elevó a 509 mil el número de rohingyá que ha huido del estado de Rajine hacia Bangladesh.El coordinador de Asuntos Humanitarios de la ONU, Mark Lowcock, denunció las "horribles" condiciones de vida que sufren los desplazados, y advirtió que se debe impedir que la situación se convierta en una catástrofe, ante la aparición de brotes de enfermedades.Tanto Lowcock como el director ejecutivo del Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF), Anthony Lake, urgieron a la comunidad internacional que entregue fondos para ampliar la respuesta humanitaria.Andrej Mahecic, portavoz del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), dijo que se ha detectado un brote de enfermedad diarreica que ha llevado a las organizaciones que trabajan sobre el terreno a habilitar decenas de camas para atender a los pacientes.ACNUR también apoya la labor del Ministerio de Sanidad bangladeshí de vacunar contra el cólera a los rohingya que han llegado desde Myanmar.Los rohingya son una minoría étnica de fe musulmana que se concentra en Rajine. Son más de un millón de personas, pero el gobierno de Myanmar no les reconoce como ciudadanos porque considera que son descendientes de inmigrantes ilegales procedentes de Bangladesh.