Autoridades de Nicaragua han capturado a cientos de personas de forma “arbitraria” por su participación en las protestas contra el Gobierno de Daniel Ortega, denunciaron organismos de derechos humanos.Pobladores, estudiantes y familias enteras son víctimas de persecución, captura o secuestro por asistir a marchas opositoras o tener un gesto humanitario hacia quienes se oponen al Gobierno, según el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh).Entre los detenidos está el líder del Movimiento Estudiantil de Masaya, Cristian Fajardo, y la universitaria Valeska Sandoval, una de las alumnas que se refugió en la iglesia Divina Misericordia de Managua durante un ataque de paramilitares a la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN) el 14 de julio.La Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH) recibió denuncias de familiares de 150 personas capturadas y un número igual reportadas como secuestro. En tanto, la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH) recibió quejas de unos 700 detenidos.“Imploramos en nombre de Dios que se detenga la cacería de jóvenes. No es posible criminalizar al pueblo por protestar y tratarlo como terrorista”, pidió durante la homilía el arzobispo auxiliar de Managua, Silvio Báez.En medio de las protestas contra el presidente Daniel Ortega, el parlamento, controlado por el oficialismo, aprobó la semana pasada una ley contra el terrorismo que castiga con 15 a 20 años de prisión a quien participa en actividades contra el Gobierno.Sierra consideró que esas capturas ilegales son un nuevo “patrón de agresión” con el objetivo de provocar “terror” en la población, y para eso usan a fuerzas paramilitares y a los llamados Consejos de Liderazgo Sandinista (CLS) que existen en cada barrio.Los dirigentes de los CLS son los responsables de levantar listas o señalar a las personas opuestas al Gobierno, añadió Sierra.El Fondo Monetario Internacional (FMI) recortó las previsiones de crecimiento económico de Centroamérica de este año a 3.3 %, seis décimas menos que lo que calculaba en abril, debido principalmente a la incertidumbre política que se vive en Nicaragua.“La incertidumbre política en Nicaragua y las interrupciones temporales del sector de la construcción en el peso de la demanda interna de Panamá llevan a una pequeña revisión a la baja en 2018”, indicó el director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, Alejandro Werner, en su actualización de las perspectivas económicas regionales.Sin embargo, el FMI sí aumentó levemente las expectativas económicas de la región para 2019 hasta 4.1%, una décima más que lo previsto hace tres meses.En este sentido, Werner detalló que el sólido crecimiento de Estados Unidos y las mayores remesas asociadas con la incertidumbre sobre las políticas migratorias futuras de ese país hacen que América Central y la República Dominicana sigan creciendo a buen ritmo.