La tensión creció aún más ayer en Perú ante la ajustada definición de las elecciones presidenciales, con Pedro Castillo, quien según sus cuentas ya es el ganador, y con Keiko Fujimori enfocada en intentar demostrar un supuesto “fraude sistemático” y anular así miles de votos de su rival.Con el 98.3 % de los votos contados, el izquierdista Castillo congrega de momento el 50.2 % de las preferencias frente al 49.8 % de la derechista Fujimori, separados por un estrecho margen de unos 70 mil votos que sitúan al profesor y líder sindical del magisterio peruano muy cerca de la Presidencia.El conteo avanza muy lentamente con la revisión de las actas que tienen algún tipo de observación técnica (mil 186) y a la espera de recibir todavía votos de los rincones más remotos del país.Los votos que faltan por llegar son de zonas muy favorables a Castillo mientras que las actas que están siendo revisadas deberían tener un sesgo a su favor muy marcado para permitirle remontar la diferencia.En estas actas hay 443 con votos impugnados por ambos partidos, 329 con error en las sumas de votos, 98 con datos incompletos y 107 sin firmas.Ante este escenario, el partido fujimorista Fuerza Popular tiene intención de solicitar la anulación de miles de votos ya computados a favor de Castillo a través de algunos de los grandes estudios de abogados de Lima.Al respecto, el director para las Américas de Human Rights Watch (HRW), José Miguel Vivanco, instó a “respetar los resultados” de las elecciones presidenciales celebradas el pasado domingo y evitar cualquier denuncia de fraude que carezca de indicios “serios”.MQ