A pesar de ser un fármaco no avalado como tratamiento contra el coronavirus, diversos países aprobaron el uso de la ivermectina, en medio de la primera ola, en 2020, y ante la desesperación de un virus que estaba dejando miles de muertos.Todo comenzó cuando investigadores australianos informaron ese año los resultados de un estudio preclínico in vitro, es decir, en condiciones de laboratorio, que indicaba que la ivermectina reducía considerablemente la carga viral del SARS-CoV-2. Aunque los estudios clínicos no han comprobado su eficacia, y tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la Administración de Fármacos y Alimentos (FDA) en Estados Unidos, y la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) han advertido en contra de usar este antiparasitario contra el Covid-19, el medicamento se popularizó, principalmente en Latinoamérica.En Perú, el 8 de mayo de 2020 el Ministerio de Salud recomendó el uso de ivermectina para tratar los casos leves y graves de COVID-19.Cuatro días después se sumó Bolivia, que agregó el medicamento a sus pautas para tratar las infecciones por coronavirus.El Ministerio de Salud boliviano señaló que la ivermectina podría ser utilizada solamente bajo protocolo médico y con consentimiento informado."Vamos a poder tener la posibilidad de la importación y el uso en diferentes dosis de este producto, con la aclaración de que es un producto que no tiene una validación científica en el tratamiento del coronavirus", dijo el entonces ministro boliviano de Salud, Marcelo Navajas.Sin embargo, en octubre, Perú retiró tanto la ivermectina como la azitromicina y la hidroxicloroquina de la lista de productos aprobados para el tratamiento del COVID-19, luego de que un estudio revelara su ineficacia. "Lo que dice la OMS es que no tiene utilidad, por lo tanto, no vamos a continuar usando ese medicamento para los casos de coronavirus", explicó el entonces ministro de Salud, Óscar Ugarte.La ivermectina, un fármaco de costo asequible, se popularizó también en partes de Brasil, donde algunos estados, como Natal, recomendaron su utilización para personas que podían contraer formas graves de la enfermedad.Más allá de América Latina, en India y en Sudáfrica también se popularizó el uso de este medicamento. Aunque en India las autoridades sanitarias dejaron finalmente de recomendar la ivermectina en sus guías de tratamiento, en medio de los picos de la pandemia la gente recurrió a la medicina pensando que podría ayudarles.En Sudáfrica la ivermectina incluso se convirtió en un campo de batalla: pese a que los médicos han advertido que no hay evidencia de que funcione contra el COVID-19, los pacientes buscan acceso al tratamiento, ante la lenta distribución de la vacuna.OA