La academia de bioética del Vaticano y la Asociación Médica Mundial exhortaron el viernes a empeñar los máximos esfuerzos para combatir la renuencia a vacunarse y refutar los "mitos y desinformación" que frenan la lucha contra el COVID-19.En un comunicado conjunto, dijeron que la renuencia a vacunarse en los países más pobres deriva de desigualdades históricas y el recelo de las empresas farmacéuticas occidentales, pero dijeron que hay "una forma más perniciosa de reticencia a las vacunas" motivada por afirmaciones y mitos infundados y engañosos, incluida la desinformación sobre la seguridad de las vacunas, propagadas incluso por algunos grupos religiosos y miembros de la comunidad médica.Pidieron a "todas las partes interesadas que agoten todos los esfuerzos para (...) hacer frente a las dudas sobre las vacunas, enviando un mensaje claro sobre la seguridad y la necesidad de las mismas y contrarrestando los mitos y la desinformación sobre ellas".El comunicado fue emitido al cabo de la Mesa Redonda Internacional sobre Vacunación organizada por la Academia Pontificia para la Vida, la Asociación Médica Internacional con sede en Francia, médicos individuales y la Asociación Médica Alemana.En conferencia de prensa el viernes, los representantes de los grupos rechazaron enérgicamente los cuestionamientos de la seguridad y ética de las vacunas formulados por reporteros de medios católicos conservadores y derechistas, quienes reclamaron que no se incluyera a escépticos de las vacunas entre los oradores."Somos médicos. Representamos a los médicos. Adicionalmente, nos sujetamos a la ciencia y a la medicina basada en pruebas", dijo el doctor Ramin Parsa-Parsi, jefe de asuntos internacionales de la Asociación Médica Alemana.El arzobispo Vincenzo Paglia destacó que tanto la academia de bioética como la oficina doctrinaria del Vaticano han declarado que las vacunas contra el COVID-19 son seguras, eficaces y éticas.Algunos obispos conservadores en Estados Unidos han objetado que las vacunas basadas en investigaciones con células de fetos abortados eran inmorales, pero la Congregación para la Doctrina de la Fe dijo en diciembre que esas vacunas eran "moralmente aceptables" si no había otras disponibles. La Academia Pontificia para la Vida dijo que la vacunación es una "responsabilidad moral", aunque no una obligación y el Papa Francisco ha deplorado el "negacionismo suicida" de los que se niegan a vacunarse contra el COVID-19.OA