Es Pablo Lemus. Terminó la disputa interna para elegir al abanderado naranja por la gubernatura. Pero el mito de su invencibilidad como favorito en la contienda enfrenta dos amenazas que debe atender con urgencia. 1. La cohesión del partido en torno a su candidatura. La designación de Lemus desencantó a algunos liderazgos emecistas que ven en Lemus a un perfil externo que modificará el ADN del proyecto alfarista. El jueves que Lemus pidió licencia ningún actor relevante del emecismo le expresó su respaldo en redes sociales. La ausencia de ese gesto solidario es irrelevante por ahora, pero será una señal de alerta si hoy registra su precandidatura sin el espaldarazo público de los actores naranjas clave. Esta ruptura se vio agravada con la decisión cupular de Enrique Alfaro al repartir las candidaturas más relevantes en 2024. Sin un auténtico proceso democrático interno, encerrado en una torre de cristal al lado de su Rasputín, el gobernador propició un sentimiento de exclusión entre los “mandos medios” del corporativo naranja que puede infiltrar las bases. 2. Sin una coalición partidista, Lemus enfrentará a Morena, la alianza Va por México, Futuro y Hagamos (estos dos últimos aún evalúan sus alianzas y ambos están más cerca de Morena que del PRIAN). Todo indica que a diferencia de otras contiendas, en donde la coalición partidista le sirvió a los naranjas para apuntalar posiciones, ahora irán solos. Un partido sin cohesión interna y un voto pulverizado mete en complicaciones la hegemonía naranja.MC tiene hasta el 5 de noviembre para solicitar ante el IEPC Jalisco una coalición partidista a gobernador y hasta el 25 del mismo mes para munícipes y diputaciones. La ley permite tres opciones: una coalición total, en donde postulan a todos los candidatos en conjunto; parcial, en donde postulan al menos al 50 por ciento y flexible que implica competir en alianza al menos en 25 por ciento de candidaturas. Por eso la primera tarea de Lemus debe ser interna para concitar el respaldo en todos los niveles del partido: el 2024 no es el 2018. Movimiento Ciudadano enfrentará la elección más difícil de su historia porque Morena ahora cuenta con el respaldo del régimen. Los naranjas deben calcular y ponderar muy bien los riesgos de una contienda sin alianzas o en su defecto hacer un trabajo quirúrgico para seleccionar a los mejores candidatos que maximicen su rendimiento electoral. Descuidar o subestimar estas amenazas sería dejar abierta una puerta de entrada a Jalisco al morenismo.
