Tantos problemas que nos tocan enfrentar y tan fáciles que se pueden resolver y tan tan, asunto resuelto.¿Por qué a ciertas personas se les complica tanto y a otros les parece tan fácil? La respuesta puede ser que los primeros tienen mayor seguridad para tomar decisiones y a los segundos se los come la duda.Darle vueltas y más vueltas a las cosas y no hacer nada, acaba por aventar las cosas a lo indefinible y finalmente no hacer nada. Hay se dejan nomás. Pasan los días, los meses y los años y las cosas siguen sin tocarse ni resolverlas.Los que no saben ponerle fin a sus dramáticas experiencias de la vida, van a estar condenados a pagar la multa todos los días. Falta de carácter para definir y decidirse por hacer las cosas. Ese baño sin reparar, esa repintada de tu casa, el tapete sin limpiar, el carro sin encerar, el closet sin limpiar, el pendiente con el notario o el pago de un predial. Puros asuntos sin concluir y nomas se han quedado sin atender y todo por esa recurrente decidía.Ya vamos haciéndolo y santo remedio. De aquí la sabiduría popular de hacer las cosas y no andarse con rodeos y ponerle solución. Y listo.Si tiene solución, hay que encontrarla y punto, pero eso sí, hay que buscarle, porque las soluciones no caen del cielo. Se necesita de tu participación firme y decidida.Qué te parece si elijes un problema, que no has atendido hasta hora, y le buscas solución hasta que lo termines. Ahora ya sin pretextos. Empieza por los más sencillos y que estén en tus manos, para que ya no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy.Eso sí, hazlo de buenas, sin quejarte ni de mal humor, pero hazlo ya.