Ricardo Villanueva es el nuevo rector de la Universidad de Guadalajara. El perfil es el mensaje, pero también habla del nuevo equilibrio de poderes en la Universidad. Méritos no le faltan al nuevo rector, como tampoco faltaban a otros candidatos que estaban en la contienda, pero la luz propia, que sin duda tiene Ricardo Villanueva, no explica por sí sola la decisión que ha tomado la Universidad, el sanedrín, o el licenciado, según se quiera interpretar.El primer mensaje es el cambio generacional. Este es un debate que se ha venido dando en la UdeG desde que se eligió a Carlos Briseño, el rector rebelde. Una de las cosas que Briseño ofreció al factótum universitario, Raúl Padilla, fue la construcción de una nueva generación que le diera mayor dinámica a la universidad. Todos sabemos cómo terminó aquel episodio, con la destitución y posterior suicidio del rector, por lo que la llamada nueva generación quedó relegada a ese periodo y otro más. Ricardo Villanueva, de 40 años, es el mejor político y el mejor gestor de su generación. Su paso por la administración pública y su derrota como candidato a alcalde de Guadalajara le dieron una experiencia y un brillo propio que ninguno de los de su camada tiene: nada hace crecer tanto a un político como hacerse cargo de su propia derrota.Su regreso a la Universidad como rector del Centro Universitario de Tonalá lo reveló también como un buen gestor. Entendió el momento y lo aprovechó en un centro universitario que estaba fuera de los reflectores para innovar no solo en contenidos y nuevas carreras sino en la vinculación con la comunidad. Cualquiera podrá decir, con razón, que es más fácil brillar en un centro en construcción que en uno viejo y anquilosado como el de Ciencias Sociales, el de medicina, o ingenierías, pero Ricardo lo hizo, y lo hizo bien.El segundo elemento tiene que ver con el nuevo equilibrio de poderes en la Universidad. Si alguien ganó en este proceso es el actual secretario general Alfredo Peña. Habíamos comentado el hecho de ser el único que no ha sido (y no será) rector dentro del llamado sanedrín, le daría una fuerte palanca para impulsar a sus candidatos, Villanueva y Castellanos. Lo logró. El punto medular, y que muchos consideraran un riesgo para la Universidad es que con esta elección de rector no haya un cambio de fondo, sino solo de era política: termina la de la FEG y se inaugura la de la FEU. Y, ahora sí que parafraseando a Heberto Castillo, quien dijo “Cárdenas le quitó el petróleo a los extranjeros, a ver quién se lo quita a los petroleros”, aquí la pregunta es quién le quitará en adelante la rectoría a la FEU, si la universidad seguirá atada más a sus intereses políticos que a los académicos. Al tiempo.(diego.petersen@informador.com.mx)