Desde luego que cada quien es libre de elegir en qué creer o no, y a qué institución afiliarse. Por eso hay una gran variedad de opciones. El afamado psicólogo y filósofo William James (1842-1910) en su libro sobre la psicología de las diversas experiencias religiosas, nos comparte una serie de reflexiones de lo que pueden aportan las experiencias religiosas a la calidad de vida. Un estudio sobre la naturaleza humana en la que toma a la religión como un objeto de estudio. Lo interesante de esta aportación es el de analizar cuáles pueden ser las ventajas de tener una experiencia religiosa, a diferencia de aquellos que no la tienen y ni siquiera la buscan.James presupone que existe una especie de impulso para que poseamos un apetito por el pensamiento religioso, incluso para rechazarlo. Es un sentido común al que cada quien tiene la opción de aceptar y vivirla, o de simplemente hacer lo que quiera. En general hay un idea dominante entre muchos psicólogos y filósofos, no confesionales, que tienden a considerar a una persona piadosa como alguien que vive una especie de y que son un mero recurso para tranquilizar el miedo colectivo a la muerte y a las calamidades. Como si se tratara de un vestigio de un intento de sobrevivencia, heredado por nuestros ancestros. Puede ser que muchos sí lo vivan como un apoyo neurótico a sus miedos e inseguridades, a base de construir rituales y mitos que les permitan sortear los conflictos de la vida. Pero muchos otros sí lo llegan a vivir de una manera sana y edificante. Han sido muchos los literatos y afamados pensadores los que han puesto en la mesa de la reflexión este ineludible tema. Si retomamos algunos de los puntos importantes sobre la amplia bibliografía que tiene en la vida vivir una religión, frente a no tenerla. Veamos algunas:- Unifica a los creyentes en una identidad solidaria y facilita que se ayuden, apoyen y reúnan con un mismo fin. - Las religiones organizadas ya proporcionan una estructura de ideas, explicaciones, principios, razones, motivos que le dan sentido a todas las difíciles preguntas existenciales que tenemos los seres humanos. Como el sentido de la vida, la muerte, el más allá, la paz, la guerra, la enfermedad, la soledad y en fin le da certidumbre al pensamiento. - Te hacen voltear a ver el mundo interno y explorarlo de una forma más profunda y consciente. De tal manera de que se equilibre la tendencia a vivir apegados al mundo externo-material-consumista. Y te conducen a la meditación, la reflexión, la oración y las ceremonias. - Te muestran un camino moral para distinguir, con mayor claridad el bien del mal. Y así se establecen códigos de comportamiento que lleven a cumplir con los valores y las virtudes más elevadas. - Proporcionan una mayor esperanza y capacidad de superar el sufrimiento, el dolor y las complejas experiencias de marginación, abstinencia, miseria y desgracia. Desde luego que hay muchas ventajas más, pero ahora sí que a cada quien le corresponde elegir verlas o ignorarlas. Tener una religión te puede ayudar a ser mejor persona, pero también a escudarse en ella y no serlo. Como el no tenerla y ser una gran persona.