De acuerdo con la ciencia, el número 43 “es el número atómico del tecnecio, que es el elemento sintético con el número atómico más pequeño; es objeto de Messier M 43, que es una región en la constelación de Orión; en el Catálogo General NGC 43, es una galaxia lenticular en la constelación de Andrómeda y es 43 Ariadne, un asteroide perteneciente al cinturón de asteroides en el universo”; en la cultura japonesa, la salas de maternidad con el número 43 se consideran tabú, ya que significa “nacimiento muerto”, mientras que para los numerólogos -estudiosos del significado de los números- en un artículo publicado en Publimetro hace casi 10 años -26 de noviembre de 2014-, el número 43 está relacionado con revoluciones, levantamientos sociales, revueltas callejeras, desorden por satisfacciones de necesidades sociales agitación, luchas, fracasos, y la prevención, y no como número afortunado se sale en el cálculo en relación a eventos futuros. Por supuesto que los numerólogos no están reconocidos como ciencia y la verdad es que cualquier número puede significar algo, de acuerdo a la imaginación de quien realice una visión y hasta pueda atribuirles propiedades míticas o simbólicas. Sin embargo...El número 43 en México se ha convertido en símbolo de tragedia, como fue el caso de los 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa que una noche de hace casi 10 años -26 de septiembre de 2014- fueron detenidos y desaparecieron, y ahora como alegoría y esperanza con los 43 senadores de la oposición que esta semana, en caso de que mantenerse en la posición expresada públicamente, podrán frenar con su voto negativo que se le “ponga moño” al regalo con el que quieren despedir a López Obrador, aprobando la reforma judicial. De pronto en nuestro país el número 43 ha pasado de ser tragedia y tristeza a una esperanza de salvar a la democracia.Las próximas horas de los “nómadas” senadores -que están cambiando de sede cada 24 horas- serán cruciales, ya que una vez que los cambios constitucionales pasen de la discusión a la aprobación al pleno del Senado, los 43 senadores de la oposición -PRI, PAN y MC- que pueden frenar la reforma judicial, representan la esperanza -por lo menos temporalmente-, pero si alguno o varios cambian de “opinión”, entonces pasarán a ser parte de la historia y quedar registrados como corresponsables de la tragedia.¿Usted, qué opina?