Uno de los factores que hacen más insoportables las campañas electorales es su carácter repetitivo y desde luego el hecho evidente y contundente de los pocos resultados que se observan cuando los triunfadores están por concluir sus periodos de gobierno.Resulta de lo más impactante y controversial estar viendo por una parte las noticias que día tras día nos informan sobre la cantidad de problemas que vive Guadalajara y Jalisco en materia de seguridad, corrupción e impunidad y que al pasar los comerciales se nos presenten los candidatos en campaña diciéndonos que una vez que ganen todo cambiará.Por supuesto que hace tres y seis años ocurría exactamente lo mismo, muchos de estos candidatos entonces, algunos de ellos candidatos nuevamente, prometieron, aseguraron y hasta firmaron ante notario lo que se comprometían a hacer, a distancia del tiempo no lo hicieron y no por eso les ha ocurrido nada, uno tiene que preguntarse cómo se puede mantener la confianza en la clase política, con o sin partidos, ante la evidencia palmaria de los hechos que vivimos todos los días, por qué razón habríamos de creer que los que no han cumplido ya en su anterior encargo ahora sí lo van a hacer.Ciertamente las campañas políticas siguen siendo un verdadero concurso de creatividad e inventiva, imaginamos a los candidatos y a sus equipos publicitarios analizando sesudamente cuál debe ser la palabra, la vestimenta, el escenario, los gestos y hasta las ocurrencias que más puedan impactar a la ciudadanía, es decir, que más la puedan seducir o francamente engañar, a fin de conseguir su cheque en blanco para la siguiente administración, sobre todo considerando que éstos que quieren ganar tienen ya sobrada experiencia en que cumplan o no cumplan, no les va a pasar nada.Concurso de ocurrencias, muchas de ellas disparatadas e incluso preocupantes como eso de la refundación del estado, como si Jalisco necesitara refundaciones en lugar de eficiencia administrativa, abatimiento de la impunidad y superación de la corrupción, pero es una ocurrencia que puede vender independientemente de las serias e inteligentes críticas que a esta propuesta han hecho numerosos analistas en nuestro propio medio, críticas obviamente descartables por aquellos que las reciben, pues pese a todos los discursos una cosa sigue quedando clara, hay candidatos a la gubernatura estatal y a otros puestos públicos que siguen pensando que ellos son los únicos que saben y los únicos que pueden, que la sociedad no importa, y que lo realmente relevante son los poderes fácticos en los que se apoyan. La democracia no se puede construir con decisiones autoritarias ni imposiciones verticales.Por lo pronto las campañas siguen su curso en permanente y abierto contraste con nuestra realidad de todos los días, somos como personas perdidas en el desierto muriéndonos de sed y, por lo mismo, alucinando con fuentes abundantes de agua que sin embargo no existen, estos espejismos son el equivalente a las campañas que observamos mientras seguimos sobreviviendo al calor y a la sed en una realidad no solamente árida, sino tan terriblemente agresiva como es la que experimenta la gente todos los días.armando.gon@univa.mx