El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) presentará este 1 de septiembre su Segundo Informe de Gobierno y él ha sido el mejor publicista del evento. No sólo por los spots que desde la semana pasada se han transmitido con mensajes centrales como “por el bien de todos, primero los pobres”, entre otras frases que han quedado relativamente fijadas en la memoria colectiva; además, ha ofrecido adelantos hasta del segundo párrafo del texto, que abordará el tema de la corrupción. López Obrador es, como presidente, un gran comunicador. Ni duda cabe.¿Pero qué cambiará con este informe que además, debiera realizarse hasta el 1 de diciembre?Realmente nada. No significará una modificación en la forma de operar de su administración ni tampoco habrá una diferencia en la percepción que tenemos sobre situaciones críticas como la inseguridad, la crisis económica o la pandemia del coronavirus, por ejemplo. Es más, después del mensaje presidencial la tendencia seguirá siendo de empeoramiento, como ha pasado en los últimos meses.En esencia, se trata de un acto más de publicidad política que tan bien ha llevado la administración federal, con ruedas de prensa mañaneras todos los días y adicionalmente, videos en redes sociales desde cualquier punto del país, para mantener presente la imagen presidencial.El presidente AMLO aparece hasta en la sopa.Pero estrategias de comunicación aparte, aunque la fecha no es ningún parteaguas ni marca el comienzo o el fin de nada (ni siquiera del segundo año de gobierno), sí ofrece un pretexto para revisar cómo va la relación del entorno local, Jalisco, con la Cuarta Transformación.Se abren cuestionamientos: ¿Mejoró la relación con la administración central; se vislumbra un mayor paquete presupuestal, se suaviza el trato entre el presidente y el gobernador Enrique Alfaro; se registra algún beneficio tangible en obras, infraestructura, economía, educación, salud?Aunque las estadísticas son frías y los avances casi nulos, dejo la pregunta abierta por respeto a quienes mantienen inquebrantable su fe en el desempeño presidencial. Hay encuestas nacionales que reportan 56% en aprobación al desempeño del mandatario, aunque él mismo afirmó que es el segundo mejor evaluado jefe de Estado de todo el planeta (mañanera del 31 de agosto en Palacio Nacional).Para clarificar, revisemos hechos recientes.Apenas la semana pasada, el gobernador Enrique Alfaro Ramírez indicó ante los diputados y senadores de Movimiento Ciudadano, que la petición de 10 gobernadores para hacer una revisión del pacto fiscal ha sido recibida con desdén en Palacio Nacional.No sólo ha sido el mandatario de Jalisco. En el mismo sentido se pronunciaron los gobernadores de Michoacán, Tamaulipas, Nuevo León y Chihuahua. La nueva tendencia es la desaparición de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), que pierde sentido si no hay diálogo ni construcción de agenda con el presidente.Y en un asunto mucho más local, Alfaro Ramírez confirmó que tal y como se anunció en la última gira presidencial por Jalisco, los trabajos que tocan a las autoridades municipales y estatal en la Línea 3 del Tren Ligero quedaron terminados y sólo se espera que el presidente López Obrador agende visita para inaugurar el esperado transporte dentro de la ciudad. En Palacio Nacional no han reaccionado.En síntesis, con todo y segundo informe seguimos como cuando empezó el sexenio: entre AMLO y la pared.