Por Don GambeteroSi ustedes mis gambeteros creían que como aficionados eran los únicos que no confiaban en Juan Carlos Osorio, pues déjenme informarles que están muy equivocados.En nuestro futbol local, ni técnicos ni drectivos confiaban en un buen debut del Tricolor, por eso pocos decidieron aceptar las prestaciones que tiene la Liga MX y dejaron pasar boletos, hospitalities y demás agregados que ofrece la FIFA a cada Federación clasificada para la Copa del Mundo.Cada quién hará de su vida su gambeta preferida, pero el problema radica en que luego de ver el funcionamiento ante Alemania y las fiestas épicas que se andan armando en Moscú, pues a varios ya les entró la espinita de acudir y se empezaron a mover con altos contactos para conseguir entradas.De los pocos que confiaron y se han dejado ver en Rusia son Emilio Azcárraga y Gustavo Guzmán, quien quizá no se imaginó que habría muchos atlistas, que en cuanto se deja ver y lo reconocen, le tunden con todo.Bueno, regresando a lo nuestro, pues los directivos parece que se la van a Peláez, porque ya nadie les cumplirá sus caprichos, ya que acá si de algo presumen es de la unión, por lo que luego no quieren visitas incómodas, y menos de aquellos que pusieron en la mesa sacar al técnico colombiano antes del arranque de la justa mundialista.Rusia de locosDesde Moscú los enviados están mande y mande información de cómo la están pasando los mexicanos. Me cae que si todavía tuviera juventud me les unía a quienes son considerados el alma de la fiesta rusa.Videos van y vienen, pero ya vimos aficionados lanzar a los aires a damas desnudas, algunos colgarse de la decoración de la calle de la luces donde se dan los festejos, y otros más locos aventándose desde los alumbrados públicos.Locos están en muchos sentidos, pero lo que sí dicen nuestros paisanos es que ni se esperaban esa Rusia, ni Rusia los esperaba.El amanecer en Moscú fue impresionante, sobre todo porque en calles, estaciones del metro y plazas públicas terminaron dormidos varios tricolores que no pudieron contener la algarabía del debut mundialista y llevaron la fiesta al exceso.