Nada recomendable es vivir del miedo, así que los nuevos intentos de atemorizarnos con las variantes del virus, no les debemos de hacer caso. Lo cual, tampoco quiere decir que no dejemos de tomar las medidas de prevención necesarias.Ante las diversas dificultades que nos propone la realidad actual, lo más importante es preservar la calma y mantenernos seguros de que hemos de superar estos retos.Cuando ya parecía que las cosas retornaban a la normalidad, ahora resulta que la escalada de la pandemia se puede incrementar y agravar.Para muchos viajeros, que ya tenían preparado su viaje para el extranjero, ahora tienen el temor de que se vuelvan a cerrar las fronteras. Y entonces no puedan hacer el paseo que ya tenían planeado.Las noticias avisan que las nuevas variantes del virus, se puede convertir en una nueva ola de peligro para la salud.Y todo ese ambiente, no es propicio para el bienestar de nuestras familias. Y lo que debemos de hacer, es trasmitir la sensación de que no nos agobie la información que circula.Toda esta experiencia está haciendo un parteaguas en la historia de la humanidad. Habrá una línea divisoria entre un antes y un después del COVID-19. Incluso hay quien ha llegado a decir que estamos ante los verdaderos inicios de la guerra biológica. Y aunque pueda ser una visión exagerada y equivocada, el hecho es que estamos demostrando lo vulnerable que somos a las epidemias y a las armas biológicas que se crean en un laboratorio.Tenemos que guardar la cordura y no pecar de extremistas, pero tampoco de inocentes. La situación nos exige adaptarnos y preservar nuestras mejores actitudes, cuidando los valores que nos sostienen. Entre ellos la valentía, la tranquilidad y sobre todo el empeño por seguir adelante, a pesar del pesimismo que invade a muchos sectores de la sociedad.Procuremos no asustarnos ni asustar a nuestros hijos con ideas erróneas ni exclamaciones negativas.Hagamos de ésta experiencia, un desafío más en nuestras vidas. Saquemos provecho positivo y vivamos la resiliencia como una realidad.
