Jueves, 27 de Junio 2024

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¿Qué hay bajo nuestros pies?

Por: Diego Petersen

¿Qué hay bajo nuestros pies?

¿Qué hay bajo nuestros pies?

La caída de una retroexcavadora en pleno Paseo Alcalde en un pequeño agujero de siete metros de profundidad no pasaría de una anécdota, felizmente sin daños personales, si no fuera porque la escena se repite una y otra vez en toda la zona metropolitana. Hace unos meses fue una pipa de gas en Zapopan y si revisamos los diarios de los últimos 10 años vamos a encontrar al menos un evento similar, en distintos puntos de la ciudad, cada año. ¿En qué o dónde estamos parados? ¿Qué pasa bajo nuestros pies? ¿Quién cuida lo que pasa en el subsuelo de la ciudad?

Cuando hace 25 años las entrañas de la ciudad explotaron aquel 22 de abril de 1992 comenzamos a preguntarnos por lo que pasaba por debajo. La ciudad, como todas las ciudades, tiene en el subsuelo una cantidad de infraestructura y de problemas que nadie ve y pocos entienden, justamente porque no son visibles. Allá abajo están las redes de drenaje y las de agua; algunas pocas de gas y poliductos de Pemex, cables de la Comisión Federal de Electricidad, de Teléfonos de México y fibra óptica destinada a uno o varios usuarios, las raíces de los árboles y las corrientes subterráneas que alimentaban a los ríos y arroyos de la ciudad, que el hecho de que los hayamos cubierto de concreto o entubado no quiere decir que desaparecieron, solo los ocultamos. Nadie sabe con precisión en qué estado esta cada cosa y sobre todo cómo conviven las diferentes infraestructuras. La teoría del agujerito de las explosiones de aquel abril (que sí existió, me tocó verlo ya recortado del tubo en la oficina del procurador) independientemente de que haya sido la causa de la explosión, estaba basada justamente en que un constructor puso, irresponsablemente, un tubo de agua sobre el poliducto y el error estuvo enterrado más de 20 años sin que nadie lo viera.

La mayoría de los socavones de la Zona Metropolitana de Guadalajara tiene que ver con el agua, fugas no detectadas

La mayoría de los socavones de la Zona Metropolitana de Guadalajara tiene que ver con el agua, fugas no detectadas, desaparición de colectores de barro o con arroyos subterráneos que son irresponsablemente desviados, bloqueados en su camino o secados lo que altera el suelo en otros puntos, casi siempre cercanos, siempre invisibles hasta que desaparece el suelo y cae el primero. Esto es, los socavones tienen que ver con la intervención nociva o con la no intervención preventiva de las autoridades.

Gracias a que el socavón de Alcalde fue público, notorio, en una obra emblemática como es la Línea 3 y que sucedió antes de que se entregue, habrá oportunidad de revisar los cinco kilómetros que mide el túnel para buscar otras cavernas y hacer los trabajos necesarios para rellenarlos (arena, agua y cemento) y evitar otro susto como el de esta semana, pero ¿qué pasa en el resto de la ciudad? ¿Quién se hace cargo de la prevención de este tipo de cavernas que se abren todos los días? Cada dependencia vigila, como puede, lo que le toca, pero tristemente nadie es responsable de lo que pasa bajo nuestros pies.

Diego Petersen Farah

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