Sí, desde siempre, o por lo menos desde que otros han tenido al menos una oportunidad, ha sido difícil defender una candidatura a la presidencia. Esto es normal puesto que: primero, los partidos, todos, tienen soberanas manchas que son materia suficiente para excluir a quien sea que postulen, y segundo porque quienes suelen llegar a esas alturas lo han tenido que hacer salpicándose de lodo por decisiones crueles, injustas, corruptas o cuando menos estúpidas.Así, ya en estas fechas que está medianamente definida la boleta, al votante promedio se le pondrá a prueba pues cualquier conversación en la que exprese su simpatía por un candidato o por un partido se le fustigará por tantos conceptos – la mayor parte de ellos ciertos – que en un estado de pureza harían que la totalidad de la población nos hiciéramos apolíticos y nos retiráramos a vivir en monasterios.Y es que si lo piensa cualquier opción con oportunidad de ganar tiene qué tirarle y mucho.Supongamos que usted está harto de las medidas conservadoras en lo social y liberales en lo económico, que desea un cambio disruptivo a lo Trump. Lo natural sería que se inclinara por López Obrador... pero ahí va junto con pegado la mochería del PES, el apoyo manifiesto a Corea del Norte y Venezuela tanto del PT como de muchos de los miembros de Morena... las fichitas de Monreal, Barlett, Bejarano, Padierna, hasta el recién guadalupano Ackerman... la tontería de la amnistía... la cosa no pinta bien.Pero si usted es más bien alguien de partido, aunque ya no se sepa bien a bien qué es el partido y no quiere que se mueva mucho la cosa, lo natural sería que se inclinara por José Antonio Meade... pero fue secretario en el sexenio de Calderón... pero en ese sexenio aumentó sustancialmente la pobreza... pero en ese sexenio no denunció la corrupción... pero luego se juntó con la versión de Atlacomulco del PRI... pero en ese sexenio aumentó sustancialmente la pobreza... pero en ese sexenio no denunció la corrupción... pero no parece que logre despertar la menor simpatía popular... la cosa no pinta bien.Ahora bien, usted está harto de la ratería pero quiere que siga el neoliberalismo y no se mueva mucho la distribución social. Lo natural sería que se inclinara por Anaya... pero ahí va junto con pegado la contradicción básica de aspiraciones entre los propios partidos que forman el Frente... lo documentado de las traiciones del ex presidente del PAN... el cómo arruinaron al único partido que elegía democráticamente a sus miembros... el cómo cepilló a los calderonistas – que aunque no lo crea hay muchos... la oferta “populista” de la renta universal... la cosa no pinta bien.Finalmente estarán las opciones para aquellos que sabiendo que no van a ganar quieren defender una postura francamente boba, diciendo que una señora es capaz de ser presidenta aunque no haya logrado un solo hecho que pueda ser identificado a ella, diciendo que un gobernador a quien se le amotinan los presos un día sí y el otro también es verdaderamente independiente por hablar golpeado.Por ello esta temporada electoral, ante tanta contradicción, le recomiendo tener siempre presente lo que dijo Marx, Groucho no el otro mentiroso, que afirmaba “estos son mis principios, pero si no le gustan tengo otros”.
