Nuestros cerebros almacenan información dentro de redes neuronales, creando lo que llamamos “realidad”. Se estima que entre el sesenta y el setenta por ciento de nuestras comunicaciones no son verbales. En este artículo tengo como propósito plantear un concepto que, en mi opinión, merece ser estudiado: la programación neurolingüística. Esta es una técnica para moldear los hábitos de una persona por medio de la percepción y el lenguaje. Fue creada en la década de 1970 por los científicos Richard Bandler y John Grinder.La programación neurolingüística encuentra sus fundamentos en la neuropsicología, la lingüística y los patrones de comportamiento del ser humano. En el momento que uno entiende su comportamiento a nivel neuronal, obtiene la capacidad de moldearlo y afinarlo según sea conveniente. Esto significa que podemos entrenar a nuestro cerebro, como a cualquier músculo, para crear y cambiar narrativas. Consecuentemente, la programación neurolingüística puede ser entendida como un instrumento utilizado para transformar situaciones y reescribir nuestras vidas a través de la percepción. Establece la relación directa que existe entre nuestros pensamientos y nuestra realidad. A su vez, postula al cerebro como una herramienta que puede ser programada a nuestro parecer.La conexión mental que asociamos con una persona, objeto u experiencia determina nuestra percepción sobre la misma. Resulta interesante pensar cómo el ser humano no actúa directamente sobre lo que denominamos realidad sino sobre una representación que creamos sobre esta. El conocimiento nuevo se adquiere a través de la creación de conexiones neuronales nuevas o reforzando las ya existentes. Es por esto que tenemos la responsabilidad de empezar a fortalecer nuestro cerebro con pensamientos nutritivos en cada aspecto de nuestras vidas. Como bien dice Octavio Paz, todo contacto contamina: desde las amistades hasta los pensamientos. La selectividad es amiga de la estabilidad, por lo cual rodearnos de pensamientos y personas afines a nosotros nos permitirá moldear una mejor narrativa. De nada sirve comer sano ni hacer ejercicio si a su vez, nuestros pensamientos no son sanos. Es aquí donde entra en juego una idea interesante: tal como una computadora, el ser humano se compone de un hardware y un software. El hardware, si queremos verlo desde esa tesitura, se compone por nuestro cuerpo mismo, mientras el software está integrado por nuestro cerebro y todos los comportamientos y pensamientos que este conlleva. Es nuestra responsabilidad alimentar y darle mantenimiento tanto a nuestro hardware y software. Si lo queremos ver por ese lado, no estamos muy lejos de ser las máquinas que estamos creando. La programación neurolingüística funge como una herramienta para el correcto mantenimiento de dicho software. Lejos de estar sujetos a los patrones y comportamientos de nuestro cerebro, la programación neurolingüística nos permite controlarlos. La realidad es una invención contrario a un descubrimiento.
