Lunes, 25 de Noviembre 2024
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Peligros del poder

Por: Luis Jorge Cárdenas Díaz

Peligros del poder

Peligros del poder

El ser humano tiene necesidades neuróticas para mantener el equilibrio mental, en particular la necesidad de poder. La psicoanalista norteamericana Karen Horney define en sus teorías sobre la personalidad que el ser humano tiene necesidad neurótica de afecto, aprobación y necesidad indiscriminada de complacer a los demás y ser querido por ellos. Su teoría se ubica en la corriente psicoanalítica que considera al individuo y sus conflictos como producto de su ambiente cultural.

Esta introducción nos guiará en el análisis del comportamiento de una mente perturbada que toma decisiones en impulsos inconvenientes desarrollados para poder afrontar la vida, pese a temores a la impotencia y el aislamiento. El origen de este comportamiento se inicia en las primeras etapas de la vida por las influencias temperamentales y ambientales. Es importante conocer los hechos que en la infancia favorecerían el desarrollo de la necesidad básica que, según Horney, “es la fuente de las necesidades neuróticas.

Las personas actúan muchas veces en forma inconsciente, aunque pueden tener conciencia de sus efectos. La necesidad de poder las hace compulsivas y menosprecian la realidad por el verdadero interés personal. Si no se logran sus caprichos se produce una reacción de angustia tras la frustración.

Horney clasifica las tendencias neuróticas en tres movimientos: hacia la gente, en contra de la gente y aparte de la gente. El hecho de regalar dinero es un movimiento hacia la gente que genera satisfacción al sentirse amado por sus beneficiados. La neurosis necesita alimentarse de provocar enfrentamientos contra la gente. En el movimiento aparte de la gente el individuo experimenta un despego neurótico por la íntima necesidad de poner una distancia emocional entre él y los demás. El individuo experimenta ansiedad cuando los demás se entrometen en sus eventos aun cuando los demás sean personas de su propio equipo, no se toma la molestia de escuchar, simplemente los destituye.

El neurótico suele perder la noción del valor del dinero, sobre todo cuando se trata de dinero público; igualmente pierde la noción del tiempo histórico; algunas veces adopta una actitud mesiánica, se autoconsidera el salvador de su pueblo, el redentor de las causas de los más necesitados, todo por su inminente necesidad de sentirse querido.

Si México se encuentra en este caso, no hay que perder la esperanza en que las cosas pueden cambiar al reconocer el neurótico las tendencias contradictorias y, resolver el conflicto básico del daño que está creando y los enfrentamientos perjudiciales de los que resulta. que si bien uno de los grupos que se enfrentan lo aprueba, el otro lo condena. Al fin y al cabo, la existencia de necesidades neuróticas no es una característica inherente al ser humano, por lo tanto, es mucha ayuda hacerle ver al neurótico el daño que está causando, señalando sus errores y tomando acciones que lo hagan reaccionar y, sobre todo, hacerle ver que en esta etapa inicial estamos al borde de un precipicio, pero que no se le ocurra que debemos dar un paso adelante.
 

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