Esa es la incógnita que se abrió desde el lunes pasado que inició el primer foro del parlamento abierto para discutir la reforma eléctrica que propone el Presidente Andrés Manuel López Obrador para revertir las modificaciones constitucionales hechas en la materia en el sexenio pasado y regresar a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) la protección oficial y la preponderancia en la generación de energía.La primera mesa que organizó el Poder Legislativo fue “Antecedentes: ¿Cómo llegamos a la reforma del 2013? Los principales resultados y problemáticas de las reformas anteriores” y continúan hoy con la mesa 2 con el tema “Redes eléctricas, generación, sociedades de autoabastecimiento, PIES (Productores Independientes de Energía), subastas de largo plazo, y proyectos de generación posteriores a la Reforma de 2013”.En paralelo, las y los diputados federales de Morena iniciaron en todo el país las llamadas Asambleas Informativas para la Reforma Eléctrica “para conocer las bondades” de esta iniciativa “siguiendo en la ruta de la transformación, dando prioridad a las demandas del pueblo y escuchando a todos los interesados”.Desde luego que el ejercicio es positivo por fomentar el debate y la participación de voces expertas que están a favor y en contra de la contrarreforma eléctrica que propone el gobierno de la 4T. Más aún porque las y los diputados federales quedan comprometidos, en teoría, en incorporar a la iniciativa las conclusiones de este proceso de parlamento abierto.Y digo en teoría, porque basta recordar la fraudulenta experiencia que tuvimos en agosto del 2021 en Jalisco cuando en la pasada Legislatura local de mayoría naranja se convocó igual a un parlamento abierto para concretar la reforma anticorrupción 2.0 y en la iniciativa final nunca se incluyeron las propuestas de especialistas y organizaciones sociales que se trabajaron junto con las y los diputados a lo largo de un año en un proceso de legislación abierta que quedó en pura simulación y burla para los participantes.De ser auténtica esta dinámica de discusión podría atenuar las filias y las fobias que por un lado reprueban a priori la reforma y la aprueban a ciegas. Un verdadero proceso de parlamento abierto podría corregir los excesos que acusa la 4T se dieron a inversionistas extranjeros, pero también evitaría regresar al esquema monopólico de la CFE, a su ineficiencia y al uso de energías fósiles en detrimento de la incorporación de generación de electricidad con procesos e insumos más limpios como el solar y el eólico. De ser así, habrá que ver si el bloque opositor conformado por el PAN-PRI-PRD reconsidera su postura de cancelar cualquier posibilidad de apoyar la reforma eléctrica que no pueden aprobar solos por falta de votos Morena y sus aliados, que asumió en noviembre pasado luego del mayoriteo de las y los diputados del Presidente para aprobar sin cambiar una coma, el paquete económico del 2022 en noviembre pasado. Veremos. jbarrera4r@gmail.com
