Muchos nos preguntamos qué tanto ha influido el confinamiento familiar y la alteración de hábitos, para afectar la vida de las parejas. Al menos varios coincidimos, en que sí ha generado mucha tensión, y en consecuencia, la manera de vivir que se había establecido.El simple hecho de vernos obligados a estar encerrados y además ahora tener que aceptar el mentado trabajo y escuela en casa, han sido suficientes variables como para destapar más momentos de intolerancia y propiciar así la mutua falta de respeto.Si ya de por sí la relación entre los hombres y las mujeres, y más en particular, entre marido y mujer, no han sido fáciles en las últimas décadas. Con mayor razón ahora que el entorno y las circunstancias están presionando a que se dé más convivencia y se reduzca la libertad y la intimidad.Sobre todo he sido testigo de mucha desesperación y enojo por corroborar que la pareja con la que vives y que tú mismo elegiste, ahora resulta que ya no te atrae ni te hace "feliz".Del gusto por verte al inicio de la relación, a tenerte que soportar todos los días, ya hace mucho la diferencia. Al conocerte más tal y como eres, en la vida diaria, han facilitado que aflore el lado oscuro de la pareja.El enojo, la irritabilidad, la sensibilidad, pero sobre todo el ponerse a discutir y a subrayar las diferencias y los desacuerdos; están incitando a estar lo más lejos y apartado de la pareja. Pero como la pandemia ha forzado la convivencia, pues muchas parejas han entrado en crisis y suplican una urgente separación, que finalmente termina en divorcio.Afortunadamente muchos matrimonios han sobrevivido muy bien, incluso se han redescubierto y reafirmado su amor. Toda crisis es una oportunidad de crecer, para no sucumbir en el intento.Guillermo Dellamary