Jueves, 12 de Septiembre 2024

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Ni combustión interna, ni eléctrico

Por: Sergio Oliveira

Ni combustión interna, ni eléctrico

Ni combustión interna, ni eléctrico

Los autos eléctricos están yendo a la baja. Mejor dicho, su velocidad de crecimiento ya no es la que solía ser e incluso marcas que solo hacían autos eléctricos, están cambiando. Ese cambio se debe a que el cada vez más impaciente consumidor no quiere esperar horas para cargar (hasta más de un día en un enchufe casero de 110V) y tampoco quiere ver cuándo habrá una red de carga pública suficiente a escala global. 

La respuesta, en este momento, en el país que más eléctricos produce y consume en todo el mundo, China, es regresar 18 años y evolucionar una idea que Chevrolet mostró en el mercado en el momento incorrecto, 2008, y con un modelo equivocado: un sedán. Hablo del Volt (no confundir con el Bolt), un eléctrico de rango extendido que hoy es la tecnología por la que están apostando las dos únicas marcas que ganan dinero en China: BYD y Li Auto.

Los llamados EREV (vehículos eléctricos de rango extendido, por sus siglas en inglés), son vehículos con una batería de buen tamaño y uno o más motores eléctricos, que son los responsables de mandar fuerza a las ruedas. Para eliminar la ansiedad por quedarse sin batería, esos autos cuentan con un motor de gasolina que sirve como generador, para aumentar su autonomía, permitiendo que se puedan hacer viajes más largos.

El detalle es que los chinos evolucionaron la idea. Las baterías ya no son de iones de litio, sino de litio hierro fosfato. Ya no se incendian y con cargadores ultra rápidos, de 800V, pueden llenarse en cerca de 18 minutos, dependiendo del vehículo. La SUV Li Auto L9, por ejemplo, promete una autonomía de 1,400 kilómetros, que es más que suficiente para ir y volver de Guadalajara a la Ciudad de México.

En mayo pasado, los chinos compraron 583 mil vehículos 100% eléctricos, un crecimiento de 12.5% comparado al año anterior. En cambio, las ventas de los EREV fue de 377 mil unidades, pero el crecimiento aquí fue de 87.7% comparado a mayo de 2023.

En Occidente 

Gracias a su estrategia de construir EREVs, Li Auto tuvo un crecimiento de 180% de ventas en 2023, mientras que marcas como Nio y Xpeng, que vendieron básicamente lo mismo que Li Auto en 2022, quedaron muy atrás, con crecimientos marginales comparados a la primera.

Marcas que nacieron con la idea de hacer solo eléctricos, como Avatr, parte del grupo Changan, ahora ya están lanzando su EREV. Lo mismo pasa con Deepal, del mismo grupo. 

YangWang, la marca de lujo de BYD, tiene en el SUV U8 su apuesta fuerte. Además de sus capacidades, como flotar sobre el agua, el U8, que pronto llegará a México con un precio cercano a los cuatro millones de pesos, es un EREV con una autonomía oficial de mil kilómetros.

Los EREV son una variación de los PHEV, es decir, los híbridos enchufables. Las diferencias son el tamaño de las baterías, mayor en los EREV y que en los PHEV el motor de gasolina manda potencia a las ruedas. Ambos necesitan un enchufe para cargar completamente sus baterías, aunque puede aprovecharse del frenado y de la inercia en bajadas para ganar algo de jugo. Nissan tiene en el e-POWER una variable de ese tema. Sus vehículos son eléctricos con un generador de gasolina, con la diferencia de que no necesitan conectarse a una toma de corriente, lo que hace que sean más prácticos, pero no tienen tan buen consumo como los mencionados anteriormente.

Muchas marcas, tanto asiáticas como occidentales, apuestan por los híbridos convenciones. Toyota principalmente, líder mundial en ventas de híbridos. De igual manera lo hace Honda. Los estadounidenses están pidiendo también más híbridos y si los fabricantes locales no se apuran a entregarlos, buscarán quienes sí los ofrezcan. En este momento son los europeos los que parecen más atrapados en hacer vehículos de combustión interna o eléctricos, con poca mezcla entre ambos.

También hay quienes -como Toyota y Hyundai-, siguen apostando por un hidrógeno que es, en este momento, una perspectiva muy lejana a la realidad, principalmente por los costos de desarrollo, producción y distribución.

Lo que en hoy se percibe es que el auto del futuro no será ni de gasolina, ni diésel, ni eléctrico, sino de tecnologías que se mezclen de la forma lo más eficiente posible, porque el consumidor común, no el “early adopter”, no quiere esperar por infraestructuras inexistentes, ni tecnologías que no pasan de promesas.

oliveiraserg@gmail.com

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