…no así. Todo mundo que le medio entiende a la ciudad sabe que lo que se ha hecho con el valle de Toluquilla (esa tierra que está entre las carreteras de Chapala y de Colima, las gasolineras Cuatas y el Periférico) es absolutamente imperdonable. Desde el punto de vista ecológico, agrícola, paisajístico, ambiental, urbano, arquitectónico. Como dice Leonard Cohen: Todo mundo sabe que el acuerdo estaba podrido desde siempre/todo mundo circula con los vidrios cerrados/ todo mundo sabe que los dados estaban cargados/ todo mundo sabe que acabó la guerra/ todo mundo sabe que los buenos perdieron/ todo mundo sabe que la pelea estaba arreglada/ los pobres pobres se quedan/ los ricos se enriquecen…Trataré de ser breve. La composición morfológica y ecológica de Guadalajara tiene cuatro grandes hechos geológicos e hidrográficos: el bosque de la Primavera, el valle de Tesistán, la barranca de Oblatos y el valle de Toluquilla. ¿Por qué es tan importante el valle de Toluquilla? Porque es riquísimo en todo tipo de recursos: tiene agua en abundancia, los suelos son muy propicios a la agricultura, sus cuerpos de agua están razonablemente conservados y los que no se pueden salvar. Además hay una serie de pueblos originarios ahora destrozados pero que se pueden salvar con un objetivo fundamental: servir de centros identitarios para el cochinero urbano indiferenciado que ahora los tiene confundidos y muy maltratados. Por si fuera poco, el valle tiene una enorme riqueza paisajística y posee desde lugares arqueológicos inapreciables a varias ruinas como la de la hacienda de Arroyo de En Medio que son claves para entender quiénes somos.A este vergel lo han masacrado los “desarrolladores” y las “autoridades municipales” desde hace -ininterrumpidamente- varios trienios. Se han dedicado unos a construir y otros a autorizar cualquier cantidad de porquerías en forma de “cotos” y muchas otras cosas. Son tan males los “desarrollos” que el que no se inunda alberga montones de sicarios y pozos con muertos. Alguno podrá funcionar bien, pero solamente en su interior, porque a las calles circundantes las ha masacrado. Actualmente viven algunos -nadie sabe cuántos- miles de habitantes allí. Para casi todos eso es un infierno del que no pueden salir aunque quieran: allí tienen su patrimonio.Así que pareciera “una buena idea” (sobre todo del punto de vista de los votos y las ganancias para los de diario) hacer una línea de Tren Ligero (la 4) hasta Tlajomulco partiendo de una conexión con la Línea 1. Pues categóricamente NO. Enunciaré brevemente algunas razones: 1 Sería condenar al sepulcro ecológico a lo que queda del valle de Toluquilla. 2 Sería premiar a los desarrolladores con una enorme plusvalía que por supuesto no se merecen, más bien deberían devolver parte de su ganancia pasada para medio componer el porquerillero que dejaron. 3 Porque en todo caso lo que se ocupa en una o dos líneas de Macrobús, quince veces más baratas. 4 Porque la actual densidad ni siquiera justifica ni soporta media línea de Tren Ligero.¿Dónde poner la Línea 4, desde luego por superficie? Arrancar desde el final de Mariano Otero en el borde de la Primavera, luego por todo Mariano Otero hasta la Mona de los Niños Héroes; luego por Niños Héroes hasta Doctor Roberto Michel, luego por R. Michel hasta el Álamo y luego hasta el Aeropuerto. Cualquiera que sepa consultar un mapa podrá ver el impecable trazo que diseñó nuestro mayor urbanista: el arquitecto José Pliego. Sería un gran arco metropolitano que resolvería un montón de problemas de golpe. Podría, inclusive ser una línea de trolebús.Así que NO a la Línea 4 hacia Tlajomulco. Sí a la línea 4 La Primavera-Aeropuerto. Sí al arco metropolitano. Todo mundo sabe…