Dicen que es el arte de esperar, de saber que el tiempo ayuda mucho para que las dificultades se superen y no caigamos en la preocupación, la ansiedad o la desesperación.Ya en muchas familias se comienza a sentir intranquilidad y claros deseos de que volvamos a la “normalidad”; pero las circunstancias aún no son del todo viables para salir del aislamiento y continuar con nuestro usual estilo de vida.Dentro de la paciencia, existe también la tolerancia; es decir la capacidad de aceptar a las personas tal y como son, a no tratarlas de cambiar y mucho menos quererles exigir. Comprender las diferencias y ser capaz de convivir con esas diferencias, sin tener molestias por lo que los demás hacen.La paciencia se acompaña de la tolerancia, al tener muy claro que las cosas no van a resultar como las quieres. Esta pandemia va a terminar cuando llegue su momento y mientras tanto, tenemos que saber esperar. Y, pase lo que pase, soportar que las cosas no son como lo deseamos.Ya hemos pasado largas semanas de cuarentena; y tal vez muchos en la desesperación e impulsados por un arrebato emocional, ya quieren salir a la calle a vivir su vida como antes. Y tenemos que tomar todas las precauciones necesarias para no ser parte de un segundo brote y convertirnos en parte de un nuevo período de contagio.Vale la pena mantener la calma y no hacer nada atropellado e impulsivo, se requiere de la mesura, de la cordura, y el cuidado con una puntual higiene.En fin, seguir las precauciones necesarias; pero de nuestra parte poner mucha paciencia, bendita paciencia... la que nos va a regalar sus frutos cuando salgamos vencedores de éste gran reto. Ha sido una irrupción inesperada en nuestras vidas, que además nos está haciendo crecer y madurar.