Cuentan que, en una pequeña isla, el dictador llamó a sus consejeros más cercanos en busca de una solución a la permanente crisis económica. Los sabios consultados propusieron una salida: declarar la guerra a alguna de las potencias del mundo.Perdemos la guerra, nos invaden y a partir de ese momento ellos se harán cargo de todo, propusieron, ciertos de que la historia les daba la razón. El dictador se quedó pensativo, repasó con la mirada a sus asesores y al cabo de un momento respondió: -¿Y si ganamos?La misma pregunta, por absurda que parezca, deberían hacerse los partidos antes de postular candidatos, pues, por improbable que sea, cualquier personaje que esté en la boleta electoral puede ganar. Para muestra de hasta dónde pueden llegar las consecuencias de una decisión irresponsable ahí está el exfutbolista Cuauhtémoc Blanco en Morelos.La nominación de Roberto Palazuelos, “el diamante negro”, como candidato de Movimiento Ciudadano en Quinta Roo es de una irresponsabilidad mayúscula. Palazuelos no sólo ha estado involucrado en innumerables polémicas como empresario y en su comportamiento público, sino que se trata de un personaje que representa en sí mismo la frivolidad, el clasismo, la misoginia y el machismo.La decisión de Movimiento Ciudadano de buscar candidatos “rentables” porque tienen buen manejo de redes sociales parece ser ya una tendencia. El caso más patético es el del gobernador de Nuevo León, Samuel García, un político sin experiencia, de ideas superficiales cuando no cortas, pero con dinero y, sobre todo, una esposa con gran influencia y presencia en redes sociales. El último capítulo de la pareja que gobierna Nuevo León, adoptar un niño por un fin de semana para presumir en redes sociales, es uno de los episodios más frívolos y vergonzosos de la política nacional, y vaya que hay para dar y repartir.Movimiento Ciudadano, el partido autodenominado socialdemócrata se ha convertido en el de la socialité demagógica. El pragmatismo a ultranza no sólo lo ha desdibujado ideológicamente (¿cuál no?, alegarán no sin razón y altanero cinismo) sino que lo ha convertido en una extraña mezcla de conservadurismo, derecha empresarial, viejo nacionalismo y algunas pinceladas cada día más tenues de la izquierda democrática.Por el bien de la política y del país, ojalá que Roberto Palazuelos, el “rey de los mirreyes”, y Movimiento Ciudadano sufran una estrepitosa derrota en Quintana Roo. Y si ganan, como dijo el dictador, que se hagan cargo de sus decisiones. Por el bien de la política y del país, ojalá que Roberto Palazuelos, el “rey de los mirreyes”, y Movimiento Ciudadano sufran una estrepitosa derrota en Quintana Roo.