En 100 años, ha corrido mucha agua bajo el puente del escenario político de Jalisco. Desde las épocas revolucionarias, las décadas de un partido hegemónico, la creación de las instituciones públicas, el impulso de herramientas de participación democrática y la modernización del sistema; cada momento con sus singularidades y características que lo definen. Historias que van desde los constantes cambios, llegadas y salidas de autoridades, acciones y hechos que dieron forma a una sociedad más involucrada, informada y exigente. En el otoño de 1917, el naciente diario EL INFORMADOR dio cuenta del ir y venir de las licencias solicitadas por el gobernador Manuel M. Diéguez Lara, que dejó en el cargo a Emiliano Degollado Carranza, quien era magistrado del Supremo Tribunal de Justicia del Estado. Apenas llegó a la titularidad del Poder Ejecutivo estatal, Degollado Carranza ordenó la clausura de ocho templos de Guadalajara incluyendo la Catedral, bajo la acusación de que en ellos se incitaba al pueblo contra el Gobierno. Se aprehendieron algunos sacerdotes y se redobló la búsqueda del arzobispo Francisco Orozco Jiménez, a quien se le acusaba de alentar la oposición a la Revolución. El 9 de noviembre de 1917, el gobernador promulgó la Ley Orgánica Electoral, en la que se establecía por primera vez la elección directa para munícipes, diputados y gobernador.El año 1939 pasó a la historia de Jalisco con la peculiaridad de que tuvo seis gobernadores en cuestión de meses. Al finalizar el periodo del gobernador Everardo Topete, desfilaron por el puesto de titular del Poder Ejecutivo Ignacio Jacobo, Juan Aviña López, Clemente Sepúlveda y Miguel Guevara; quienes tuvieron la responsabilidad sólo durante semanas o días y no se tiene mayor registro de lo que hicieron. Tras meses de cambios constantes, el primero de marzo de ese año asumió el cargo de gobernador Silvano Barba González.Las crónicas describen el acto al más puro estilo presidencialista, con besamanos y evento multitudinario. Incluso en la sección de espectáculos de ese día, entre los anuncios de la variedad de la jornada, se publicó una felicitación del cómico Mario Moreno “Cantinflas” al nuevo gobernador jalisciense y al presidente de México, Lázaro Cárdenas, que visitó Guadalajara para asistir a la toma de posesión. Además de cobrar cientos de vidas y dejar una cicatriz en Guadalajara, las exposiciones del 22 de abril de 1992 cimbraron el escenario político del Estado. Nueve días después de los hechos en el Sector Reforma, el gobernador Guillermo Cosio Vidaurri presentó su licencia al cargo. La solicitud fue aprobada por el Congreso en una sesión que duró 10 minutos. El legislativo nombró a Carlos Rivera Aceves como gobernador interino. Además de la salida de Cosio, de la administración estatal, las exposiciones en la zona de Analco provocaron que Enrique Dau Flores dejará la presidencia municipal de Guadalajara, que había asumido menos de un mes atrás, y junto con Aristeo Mejía Durán titula del Siapa, fue detenido para enfrentar un proceso penal como presuntos responsables de la tragedia. Tras siete meses en prisión, el ex alcalde Dau Flores, Mejía Durán, tres empleados del Siapa y cuatro trabajadores de Pemex obtuvieron la libertad bajo fianza.Un donativo de 90 millones de pesos para la construcción del Santuario de los Mártires desató una lluvia de críticas e inconformidad contra el gobernador Emilio González Márquez. En marzo de 2008, González Márquez entregó la primera parte del apoyo, en un cheque por 30 millones de pesos. La justificación de que la obra sería un imán de turismo religioso no bastó para calmar los cuestionamientos.En medio de las criticas, el gobernador anunció otro donativo, ahora por 15 millones para la Asociación Mexicana de Bancos de Alimentos (AMBA). El mandatario estatal hizo gala de un lenguaje “florido” para descalificar las críticas generadas. Luego de manifestaciones y quejas ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos, González Márquez tuvo que disculparse por sus expresiones “coloquiales” y el cheque entregado para la construcción del santuario fue devuelto a las arcas públicas. El recurso dado a la AMBA no se regresó y un año después del escándalo fueron donados otros 15 millones.Destituido por el Congreso del Estado, Marcelino García Barragán dejó el cargo como gobernador de Jalisco el 17 de febrero de 1947, dos semanas antes de cumplir con su periodo. Diputados de la Legislatura 38 desconocieron a García Barragán por haberse negado a publicar una reforma para ampliar de cuatro a seis años el periodo de las administraciones estatales. La polémica era sobre si la ampliación tendría que aplicarse al entonces gobernador electo Jesús González Gallo. Según trascendidos de la época, lo que le costó la gubernatura a García Barragán fue no haber apoyado a Miguel Alemán en la candidatura presidencial.Luego de salir por la puerta de atrás, García Barragán se reposicionó y fue comandante de las zonas militares de Querétaro y Toluca, en el sexenio de Adolfo López Mateos. Con Gustavo Díaz Ordaz fue secretario de la Defensa, por lo que estuvo al frente del operativo para desarticular el movimiento estudiantil de 1968. Aún está fresca en la memoria reciente la polémica del magistrado Luis Carlos Vega Pámanes, que puso en jaque al Poder Judicial e involucró al Congreso y gobierno estatal. Luego de ser acusado de abuso de poder, tráfico de influencias y la publicación de sus antecedentes criminales, quien fuera presidente del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Jalisco renunció a su cargo el 10 de noviembre de 2016, ese mismo día el Poder Legislativo aprobó por unanimidad que se retira, luego de semanas de señalamientos en su contra.Siete solicitudes de juicio político, un escándalo mediático por presuntamente haber solicitado a la Policía de Guadalajara liberar a dos detenidos y el recuerdo de su arresto, en 1984, después de haber robado un vehículo y atropellado a dos mujeres en su escape (una de las cuales murió), obligaron al presidente del Poder Judicial a dejar el puesto y esfumarse de la vida pública.