En la actualidad hay más de cuatro millones de jaliscienses de primera y segunda generación que radican en Estados Unidos. Son, después de los michoacanos, el segundo núcleo de inmigrantes más numeroso provenientes de México. La mayoría se concentran en California, Colorado, Arizona, Texas e Illinois, estados claves en la pasada elección presidencial, donde el voto hispano fue clave para el triunfo de Joe Biden.De los 60 millones de latinos, 32 millones estaban habilitados para votar, convirtiéndose por primera vez en la historia como la segunda fuerza electoral. De ese universo, miles de jaliscienses fueron parte del proceso y ayudaron a darle un giro a la contienda.Sin embargo, aún quedan poco más de once millones de personas, entre ellas muchos de Jalisco, que están en una situación irregular en el país y que están a la espera que la promesa que en campaña hizo el ahora presidente electo Joe Biden se haga realidad. Dijo, y lo ratificó por escrito, que “una prioridad será la reforma de inmigracion en los primeros días que llegue a la Casa Blanca”, además de restaurar la situación de 800 mil ‘jóvenes soñadores’ (‘dreamers’ que llegaron al país por decisión de sus padres), restablecer la protección a los centroamericanos protegidos por el TPS (Estatus de Protección Temporal) y modificar las reglas de las peticiones de asilo cuando son provocadas por violencia.Sin embargo de promesas los indocumentados ya están cansados. Barak Obama, en el preámbulo de su llegada a la presidencia en el 2008, ofreció lo mismo para ganarse el voto latino. Y además de no cumplirlo en ocho años, se convirtió en el mandatario que deportó a más de tres millones de personas según el Departamento de Seguridad Nacional.“Fue una equivocación de Obama no promover la reforma de migración en los primeros meses de su administración'', dijo esta semana Ken Salazar, ex secretario del Interior y que ahora forma parte del Comite de Liderazgo Hispano en la campaña de Joe Biden. Y agregó que el presidente electo “está consciente que el camino a la presidencia fue con la ayuda del voto latino, que salieron en números históricos para apoyar su agenda”.Hizo referencia que los demócratas nunca se imaginaron conquistar el voto clave de Arizona, donde la diferencia fue apenas de poco más de once mil y en donde los latinos “fueron quienes lo consiguieron”.La última reforma migratoria fue en 1986 que fue promovida por el presidente Ronald Reagan que permitió la legalización de poco más de tres millones de inmigrantes. Pero a partir de entonces, todo han sido promesas, propuestas en el Congreso que no han prosperado por la falta de intención de todas las partes.Hoy, el voto latino que ayudó de manera significativa a llevar a un candidato a la Casa Blanca, espera el cumplimiento de una promesa o su respuesta se dará en la próxima elección presidencial. ¿Usted, qué opina?.daniel.rodriguez@dbhub.net