La resiliencia es la capacidad, que todos tenemos, de enfrentar y superar las dificultades, los problemas y los sufrimientos que acontecen a lo largo de la vida. Se puede desarrollar y entrenar para llegar a transmutar lo negativo en positivo, es una especie de alquimia mental que cambia lo complejo y difícil, en un desafío positivo y que permite aprender y crecer. Es cambiar lo miserable de la vida en perlas de gozo y cultura.Es probable que tú mismo o alguien cerca de ti, posea ese maravilloso don de sobreponernos a períodos de dolor, agobio y sufrimiento emocional durante los momentos más difíciles de la vida. En cambio hay quien sucumbe ante ellos y se queda derrotado en el drama de sentirse víctima y navegando de una tragedia a otra sin poder salir triunfador.Todos somos resilientes en forma natural, pero unos la desarrollan y entrenan más que otros. Veamos que se necesita hacer para lograrlo: 1) No existen situaciones miserables, sino más bien personas que se sienten miserables ante ellas. Es la percepción de los sucesos, la manera en que los entendemos e interpretamos, lo que hace la gran diferencia. Mientras que unos lo ven muy desastroso y negativo, se sienten débiles e impotentes; en cambio el resiliente lo ve como un desafío y una manera de probar sus recursos y capacidades para encontrar soluciones y seguir adelante de una manera segura y positiva. No se derrumban ni desesperan ante las dificultades, sino que muestran confianza para seguir adelante. 2) Además de percibir e interpretar las situaciones en forma positiva, muestran una disposición y actitud decidida y firme, para esforzarse en conseguir superar la situación, sin hacerle caso a las opiniones derrotistas o al propio diálogo interior que hace resonar lo negativo en vez de sólo hacerle caso a la voz interior que nos guía para resolverlo bien. Y así no exagerar ni imaginar lo malo que pueda acontecer, sino visualizar justo lo que deseamos que mejor suceda. 3) Dado que poseemos también un sistema inmunológico psicológico, hay que confiar en él para vencer las adversidades. Es tener confianza, calma certeza y fe en que saldremos bien librados, sin boicotearnos nosotros mismos al ser el propio enemigo. Este sistema, hay que entrenarlo y fortalecerlo con ideas creativas, conocimiento y cultura, relacionándonos con personas resilientes y bien preparadas. De aquí la importancia de contar con un buen entrenador mental, un guía espiritual, buenas lecturas y una adecuada filosofía de vida. 4) Cambiar de actitud y utilizar tu pensamiento e imaginación, para interpretar los hechos de una manera más positiva y contarte otra historia más exitosa y sin dramas derrotistas y de perdedores, antes de luchar con lo mejor de ti para lograr lo que te propones. 5) Fortalecer tu conciencia de lo que te pasa, estar atento y concentrado en erradicar todo lo tóxico y pernicioso que piensas o te dicen los demás, para que puedas confiar más en lo mejor y más valioso de ti mismo. Estando mucho más alerta al no consentir miedos imaginarios y del pasado, para estar, con mayor carácter, enfrentando tus momentos de fragilidad, cobardía y desánimo. Dejar de asustarnos por lo que nos imaginamos y mejor estar dispuestos a enfrentar, progresivamente, a lo que creemos tenerle miedo y comprobar que no pasa nada y que lo hemos podido superar al fin. Se trata de estar más en contacto con tu valentía, no eliminando el miedo en sí, sino salir adelante a pesar de él.Ahora sí, esperamos que puedas practicar tu resiliencia y estar en el grupo de personas que logran tener una elevada calidad de vida a pesar de las dificultades.dellamary@gmail.com