Si algo ha ido perdiendo empuje y está en riesgo de morir en el intento es la conocida como Iniciativa 3de3 que empujaron organizaciones civiles, académicas y empresariales encabezadas por Transparencia Mexicana desde hace casi una década y que tuvo su mejor momento en la elección intermedia del 2015.Desde luego que aquel incipiente avance fue sólo cualitativo porque cuantitativamente fue un fracaso. Ni siquiera el 1 por ciento de los 43 mil 416 candidatos que se registraron para buscar alguno de los 2 mil 51 cargos en juego en aquella elección respondieron al reto de hacer pública su declaración patrimonial, la de impuestos y la de algún eventual conflicto de intereses, que no es otra cosa que dar a conocer si tienen o no participación en alguna empresa o negocio.En este 2021 fueron mas las y los candidatos que atendieron el llamado. Según el último corte de Transparencia Mexicana, de los más de 125 mil aspirantes a un cargo de elección popular sólo 5 por ciento, es decir 6 mil 375 candidatos publicaron su 3de3. En Jalisco, de los 19 mil 747 candidatos y candidatas, titulares y suplentes, 5 mil 802 lo hicieron, lo que equivale al 29 por ciento.Pero lo cierto es que la 3de3 se ha venido degradando y en este proceso electoral ya no fue mas el incentivo aquel que se perfilaba para sacar de la opacidad a los que aspiraban a un puesto público y convertir esa acción en un nuevo instrumento para combatir nuestra creciente corrupción e impunidad, que ha carcomido al Estado abriendo anchas avenidas para la infiltración delincuencial que se refleja en la peor crisis de inseguridad y violencia que padecemos en el país.Desde que terminaron las elecciones del 2015 los promotores de la 3de3 quisieron evolucionar esta iniciativa para que pasara de ser voluntaria entre los candidatos a darle un carácter de obligatoria, y ampliarla también a las y los servidores públicos. La profunda opacidad y resistencia a la transparencia que persiste en nuestra clase política y gubernamental se encargó de obstaculizar el tránsito legislativo de esta iniciativa con tácticas dilatorias hasta debilitarla y nunca hacerla obligatoria. Todas las bancadas partidistas cerraron filas, dieron la espalda a la ciudadanía y cuidaron que no se consolidara la 3de3 que les sería sumamente incómoda y les restaría privilegios y corruptelas.Ahora que viene la renovación de la mayoría de los Congresos locales y de la Cámara de Diputados bien valdría la pena retomar y empujar esta agenda desde Transparencia Mexicana y nuevas organizaciones sociales para volver a darle valor e incentivar la transparencia premiando a los candidatos que respondan a ello y castigando a los que buscan perpetuar la opacidad.