Para Enrique Alfaro Ramírez todo es histórico y superlativo. Según la propaganda del sexto y último informe de su gobierno, Jalisco tiene el mejor sistema de salud y educativo del país, el mejor sistema de transporte y el mejor sistema de interconexión de internet. Terminó como empezó: asumiendo que llegó al cargo de gobernador para hacer historia. Primero al auto asumirse como el líder de la oposición enarbolando la alianza federalista y al final de su mandado asegurando que la petición de reformar el pacto fiscal será algo histórico.Algunos articulistas incluso sostienen que Alfaro inauguró una nueva era política en Jalisco, el alfarismo, y que incluso configuró un nuevo bloque histórico en el sentido gramsciano. ¿Nuevo bloque histórico con un político que viene del PRI, pasó por el PRD y utilizó a Movimiento Ciudadano para llegar al poder? ¿nuevo bloque histórico cuando en su equipo político la mayoría de sus cuadros provienen del PRI o del PAN, es decir la vieja partidocracia? ¿nuevo bloque histórico cuando llega a administrar un modelo de desarrollo diseñado por los tecnócratas neoliberales?En fin, más allá de la propaganda alfarista que sostiene que el que termina es un gobierno histórico, la realidad es que Alfaro hereda un estado con más violencia hacia la sociedad, más endeudado, instituciones de gobierno infiltradas por el crimen organizado (cómo el mismo lo admitió el 5 de junio de 2020), y administrando un modelo de desarrollo, heredado del pasado, basado en la producción primaria y secundaria orientadas a las exportaciones: la agroindustria y la industria electrónica, que dejan externalidades dañinas por la explotación de la mano de obra y por el contaminación del medio ambiente y la explotación de los recursos y bienes materiales.A pesar de la narrativa sostenida a lo largo de todo el sexenio, y a pesar de los informes mensuales sobre seguridad, hoy Jalisco vive una guerra informal más grave que la que heredó Alfaro. El estado es el epicentro de las desapariciones en todo el país. El registro estatal cuenta con 15,348 personas desaparecidas, de las cuales más de nueve mil (59 por ciento) ocurrieron durante el sexenio que termina el próximo 5 de diciembre. En el sexenio de Alfaro las desapariciones aumentaron 88.6 por ciento, comparados con el sexenio del priista Aristóteles Sandoval, cuando se registraron 4,793 personas ausentes.Los homicidios también aumentaron sustancialmente en este gobierno. El gobierno de Enrique Alfaro cierra con 13,346 homicidios dolosos, 55.6 por ciento más que en el anterior gobierno de Aristóteles Sandoval cuando se registraron 8,575. El asesinato de mujeres también subió en el sexenio que termina. Se registraron 1,360 muertes violentas de mujeres, 52.6 por ciento más que en el sexenio anterior.En términos administrativos, el gobierno apostó por aumentar la deuda pública y la privatización se servicios esenciales, como ha documentado ampliamente la periodista Sonia Serrano a el diario NTR. Al llegar al gobierno en diciembre de 2018, heredó una deuda de 17,444 millones de pesos (mdp), y ahora dejará un adeudo de 28,492 mdp, lo que implica un aumento de más de once mil mdp, es decir, un aumento de 63.3 por ciento. Además de la deuda directa al gobierno de Jalisco, Alfaro comprometió contratos a particulares por más de 45 mil mdp, entre ellos los de la Línea 4 del Tren Ligero, el contrato con la empresa que maneja la verificación obligatoria y otros para la ampliación de la planta de tratamiento de agua de El Ahogado.Seguramente desde Movimiento Ciudadano y de parte de algunos apologistas del alfarismo, se dirá que el de Alfaro fue un gobierno histórico. Sinceramente no creo que al paso de los años se recuerde a la actual administración como un gobierno que hizo historia. No creo que se le recuerde por su impulso al federalismo o como defensor de Jalisco ante supuestas agresiones federales. Será recordado como otro gobernante que administró la mayoría de las crisis que heredó (pobreza, finanzas, medio ambiente e inseguridad) y que agravó otras crisis (desapariciones, forense, devastación ambiental). Lo que sí es verdad es que se recordará como el sexenio de las desapariciones en Jalisco, como ya lo han advertido los colectivos de familiares que buscan a sus desaparecidos.