“Si esas pequeñas cosas que me causaban disyuntiva ante esta revolución bolivariana. El primer juego fue el cambio del nombre al país. Primer súper control de qué hay y que no hay. Todo cambio de nombre, desde las escuelas hasta el antiguo Ávila Montaña del Norte de la hermosa Caracas, por Waraira Arepano. Segunda observación. En la economía el rompimiento de marcas y brands, escaseaban un producto. El Gobierno y sus amigos luego invertían en publicidad tipo Kraft, y aparecía una copia mala disque de producción nacional. Y así poco a poco la gente quería el aceite, ya no le importaba que marca era. Permiso lícito subliminal al comenzar a expropiar la empresa privada. Si tú tenías dos casas pues una se podía invadir. De alguna forma era permitido y así comenzaron a gobernar los malandros.“Poco a poco una atrocidad tras otra, para no hablar del servicio médico cubano por intercambio de gasolina con Cuba y quién sabe más; dignidad montaron estos centros de asistencia hasta en los barrios más álgidos de Caracas y sus alrededores. Los médicos venezolanos se quedaron sin empleo pero se atendía a todo el mundo, pero podemos discutir sobre el tema de hacer médicos en dos años en el socialismo versus los siete años de estudio, más dos de pasantía de una universidad seria. Esos fueron los que se quedaron sin empleo. Reforzar la comunidad y la creación de mesas de trabajo en las comunidades. Soy socialista y creo realmente que somos iguales los seres.y merecemos igualdad de oportunidades. Pero no creo en el socialismo. Pues esta experiencia me deja más que claro que es una falacia.“Éste empoderamiento a las comunidades fue maravilloso en autoestima en sí y los reunió y los obligó a responsabilizarse por su entorno, sin embargo no era o no dejaba de ser una especie de lavado cerebral. Yo soy antisistema. Amo la libertad justamente. Asistí a muchas reuniones manipuladas de Mujeres del Barrio. Otro empoderamiento importante pero totalmente manipulado en la compra omisa del sufragio con alimentos o electrodomésticos.“Bozal de alimento, aparecieron los mercales.Tenías que demostrar que eras de la comunidad y si eras chavista o no. Productos de la base como harina, pan arena, aceite, azúcar, salsa de tomate, atún, mayonesa, pollo o carne era intercalado. Llegué a hacer seis horas de fila para comprar un kilo de carne . Y podías escoger cinco cosas... jajaja cuando en la vida, por Dios”Ésta es la última parte. De los tres sapos. No solo de un sapo. De tres o cuatro prendidos en el fuego. No nos dimos cuenta hasta estar cocinados, dicen. Agregaría, me los imagino, como los tres poderes clásicos. El Ejecutivo, el Judicial y el Legislativo federal más los locales. Con todas sus dependencias de todo tipo con funciones revueltas de esas tres instancias como pueden ser los autónomos constitucionales. Y nosotros, los mirones atarugados. La parte final no es la final, sino una sola de la dramática historia de mi amiga venezolana María Carolina. (La historia del sapo I) (La historia del sapo II) Les recuerdo, escrita por ella.¿Nosotros también vamos a ser sapos cocinados?