Junto con la viña, el olivo, la higuera y las palmeras datileras, el granado es uno de los frutales cuyo cultivo se remonta a la más lejana antigüedad, probablemente desde que hubo agricultores sedentarios en la época neolítica. Se supone que el granado (Punica granatum), en sus formas espontáneas, viene de la región de Asia central, de la zona de Persia, pero muy rápido se expandió y se domesticó desde China hasta el Mediterráneo. Es en principio un arbusto, pero puede llegar a ser bastante alto y leñoso. Existen referencias al árbol y su fruta en Jericó hace seis mil años, y a su cultivo en tiempos de la tercera dinastía en Ur hace 4 200 y en Asia menor hace 3 400. Desde ahí los fenicios (lo de “púnico” se refiere precisamente a esos navegantes) lo diseminarían por toda la cuenca mediterránea, empezando por Cartago, unos tres mil años antes de Cristo; los libaneses usan mucho en su magnífica cocina el jugo de granada. El granado aguanta bastante frío, pero necesita calor también, entonces crece en buena parte de Europa pero no en zonas nórdicas; tampoco tolera los climas húmedos tropicales. Llegó a América desde España, y por ejemplo en California su cultivo lo introdujo San Junípero Serra.Como es lógico con las plantas más antiguas, a lo largo de los siglos se fueron desarrollando muchas variedades, más o menos dulces o agrias. Antes, en México, había que esperar a la temporada de las fiestas patrias más o menos para encontrar los indispensables granos de granada en el guacamole (¿o sólo se hará eso en Guadalajara?) y en los chiles en nogada, pero hay ahora granados que producen fruta todo el año.El árbol, las flores y las frutas son muy bonitos y llamativos por sus formas y sus tonos de rojo, así que desde tiempos muy antiguos tienen un doble propósito alimenticio y ornamental; los artistas de todas las épocas los han usado en la literatura, la pintura y la escultura. Según la mitología griega, Afrodita plantó el primer granado. Luego Hades, el señor del inframundo, secuestró a Perséfone. Demeter, la madre de ésta, armó tal escándalo que hizo que la tierra dejara de producir plantas y flores hasta que Zeus ordenó a su hermano que la soltara. Pero Hades logró retenerla al menos parte del tiempo, pues le dio una granada y ella no pudo resistirse a comerse unos granos, así que cada que Perséfone vuelve a las regiones oscuras, cambia la estación y ya no se puede sembrar ni cosechar en los campos.En Grecia es símbolo de prosperidad, fecundidad y belleza; hay la costumbre de regalar granadas, reales o artificiales, para señalar ocasiones propicias como el año nuevo, una boda o el estreno de una casa.