Algo sabía la Presidenta Claudia Sheinbaum de la operación política que se estaba haciendo entre las y los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), que aunque siempre rechazó el proyecto del ministro Juan Luis González Alcántara Carrancá, que invalidaba parcialmente la reforma al Poder Judicial del obradorismo, también siempre pidió esperar el resultado de la votación a favor o en contra de este proyecto.Por eso hoy será la que más celebre desde su rueda de prensa mañanera, que la Corte haya rechazado ayer, discutir siquiera, el fondo de la propuesta de sentencia de Carrancá, que planteaba mantener la elección de ministros y magistrados electorales a través de listas y vía voto popular, pero que no se hiciera así con jueces y magistrados, ni que se les truncara su carrera profesional por sorteo o tómbola.Aunque en la primera votación, y luego de un debate jurídico de alto nivel, la mayoría de ministros aceptó que los partidos políticos sí podían presentar acciones de inconstitucionalidad, en la segunda ronda se determinó que se requerían ocho y no sólo seis votos para declarar esa inconstitucionalidad, y en la tercera y definitiva votación, el ministro Alberto Pérez Dayán, se unió a las ministras allegadas a la 4T, Lenia Batres, Yasmín Esquivel y Loretta Ortiz, con lo que se perdió la mayoría calificada de ocho votos para discutir siquiera la invalidez parcial de la reforma judicial que planteaba Carrancá. Con este resultado se evitó que, de momento, siguieran aumentando las turbulencias políticas que han marcado el inicio del gobierno de Sheinbaum por la reforma judicial aprobada en septiembre pasado. Se evitaron las acusaciones de la oposición de desacato a la Presidencia, y el endurecimiento del gobierno de la 4T para desestimar esos señalamientos. Pero sobre todo, el escenario que todos temíamos, de que amaneciéramos con los señalamientos mutuos de estar en una “crisis constitucional” que degradaría, aún más, la imagen y el Estado de derecho de México en el mundo. Pero lo que habrá que consignar también, es que al desechar el proyecto de sentencia del ministro González Alcántara, se pierde una salida política que nos hubiera dado la oportunidad como País de corregir con más tiempo, sin prisas, todas las inconsistencias que presenta la reforma por las improvisaciones legislativas que se cometieron para aprobarla, en tiempo récord, para cumplir una revancha política del ex presidente Andrés Manuel López Obrador con la actual presidenta de la Corte, Norma Piña, quien ayer perdió el debate mostrando una gran solidez argumentativa y jurídica.Así como festeja hoy la 4T su nuevo triunfo, ahora en la Corte, pronto podría lamentarse por todo el galimatías que viene en la elección de jueces y magistrados, que pudo haber aplazado para, de verdad, limpiar el Poder Judicial.jbarrera4r@gmail.com