Hubo un anzuelo que todos mordimos en el destape de Jorge Álvarez Máynez como candidato presidencial naranja: la Carta Blanca y el tequila. En Nuevo León, acompañado por Mariana Rodríguez y su esposo Samuel García (gobernador a ratos de un Estado norteño), grabaron un breve video que escandalizó y crispó a los medios tradicionales. ¿Cómo era posible tal frivolidad? ¿En verdad anunciaron al candidato en medio de unas caguamitas? Y luego Carta Blanca, dios, ¿quién pistea eso? Lo más indignante -o envidiable, según se vea- fueron los caballitos tequileros tamaño profesional. El gobernador Enrique Alfaro fue de los que mordió el anzuelo más duro. Escribió, furibundo, que “no lo podía creer. En una mesa con botana y cerveza, el gobernador se asumía como líder de nuestro movimiento y nos dictaba instrucciones sobre el camino a seguir”. Pero Enrique no entendió nada. Sin quererlo, se convirtió en un promotor del precandidato que denostó. Eu Zen, la consultora naranja, tiene un mantra para sus campañas: “Todo es estrategia”. Todo en ese video estuvo calculado. Incluso la elección de la marca de cerveza, el tequila, la botana, el enfoque casero. Tampoco es gratuito que hayan sido Mariana y su esposo los encargados del anuncio. El día del destape Álvarez Máynez fue tendencia en X y el video se hizo viral. Hasta ayer la grabación había superado los 10 millones de reproducciones en redes sociales como TikTok, Instagram y YouTube. En entrevistas posteriores Álvarez Máynez ha dado luz sobre el tono de la campaña que hará Movimiento Ciudadano: “Reivindico el derecho a la ligereza, el que las cosas se disfruten en la vida”. La antipolítica. Lo antisolemne. Lo antipredecible. Lo ordinario y pegajoso, nanananá, será el guion de la campaña emecista. Álvarez Máynez ya marcó la pauta con su destape. No podía ser de otra manera. El éxito en redes sociales es impermeable a la gravedad de la política, el conflicto edificante o la formulación crítica de la realidad. El objetivo de los naranjas son aún los jóvenes. Su apuesta es generacional. Ya no con una pareja que encarnaba el ideal aspiracionista a bordo de una Tesla en una especie de “road movie” presidencial. Ahora con un “joven” de 38 años que ocho de cada 10 mexicanos ignoran quién es. Los naranjas iniciaron con el pie derecho, pero necesitan mucho más para lograr un papel digno el 2 de junio. jonathan.lomeli@informador.com.mx