Ahora es la actriz mexicana Karla Souza, la protagonista de “Nosotros los nobles” y “Qué culpa tiene el niño”, quien confiesa haber sufrido abuso sexual por parte de “un conocido” director de cine mexicano. Prefirió no dar el nombre del implicado… y aquí estamos otra vez, ante un hecho bastante común aunque sea deplorable. Asqueroso, pero normalizado. Sistémico.Alguien que tiene poder y mayor rango en el universo laboral, amedrenta a una chava guapa, violando su espacio físico y síquico para beneficio personal. ¿Por qué? De verdad. ¿Por qué?Bueno, la primera respuesta, las más obvia es: porque se puede.Ahora, después de la declaración pública de Karla en el espacio de Carmen Aristegui, la gente empezó a reaccionar. Personalmente no creo que la actriz gane mucho con mentir, sin embargo en este momento no tenemos más elementos para decir que es verdad, ahora bien. Si usted pone atención a lo que sucede, sea verdad o sea mentira a la actriz quien además es víctima del tema, en redes sociales, se le ataca.Así de grande es la cosa. Es decir nosotros, el público, los receptores del mensaje nos mostramos incrédulos ante el hecho, también podemos pensar que ella quiere sacar algo por decir una cosa así o que se lo merecía. ¿Se da usted cuenta? La desacreditamos por deporte. Por sistema. No importa si es Karla Souza o nuestra vecina, culpabilizamos a la víctima. Y ahí me vienen muchas preguntas:¿Por qué muchas actrices tienen que asumir que para llegar a hacer algo importante en su carrera deben, obligatoriamente que sortear un mar de tiburones?¿Por qué tendrían que renunciar a su trabajo en el cine si no entran a ese juego? No es ironía, es pregunta. ¿O por qué tendría una chica que dejarse tocar para seguir trabajando en un filme en el que está por talento propio? ¿Por qué?¿Por qué cuesta creer que las víctimas sienten que deben de guardar silencio? ¿Por qué no podemos creer que hay vergüenza en la víctima? Y que siente culpa (Injustamente).¿Por qué juzgamos tan duro el silencio? ¿Por qué la juzgamos cuando habla? ¿Por qué somos tan poco empáticos hacia las tragedias que nos suceden a las mujeres? ¿Por qué si está bonita la acusamos de zorra? ¿Por qué si no es bonita decimos da igual?Estoy convencida de que en el silencio de cientos de mujeres –y hombres- hay muchísimo dolor, a veces callamos y aceptamos injusticias para poder seguir adelante. A veces se guarda silencio, para poder caminar sin caernos. Callar es defenderse también.¿Por qué alguien cree que te puede amedrentar con destruir tu fuente de trabajo sino cedes a sus deseos? ¿Saben por qué? Por sistema.
