Que la Universidad de Guadalajara ratificaría estar en la sintonía presidencial decretando también el “tiempo de mujeres” se presentía desde mucho antes de que iniciaran formalmente los tiempos de la sucesión rectoral.También que las voluntades del sanedrín universitario se habían inclinado por la rectora del Centro Universitario de Los Altos (CUAltos), Karla Alejandrina Planter Pérez, con una intachable y ejemplar trayectoria universitaria y académica que inició muy joven, en 1989, en Radio Universidad, para que fuera ella quien rompiera el techo de cristal y se convirtiera en la primera mujer rectora general de la más que bicentenaria UdeG.Esa decisión empezó a trascender desde que, a los distintos liderazgos académicos y especialistas de todos los ámbitos universitarios, les llegó la instrucción de que había que acompañar a Planter a diseñar su plan de trabajo para la competencia por la rectoría general.Para los que se formaron al estilo de la vieja escuela priista o que siguen creyendo en sus códigos, la señal inequívoca de que Karla era la elegida fue cuando se le encargó dar el discurso principal en la develación de la estatua de Raúl Padilla López el 21 de octubre pasado, en la explanada del Conjunto de Artes Escénicas. Espacio conocido también como la Villa Padilla, por ser uno de los proyectos que el líder del Grupo UdeG más anheló.Fue como simbolizar el visto bueno de quien fue el gran elector de los rectores que lo sucedieron luego de terminar su periodo el 31 de marzo de 1995.Se superó así, de forma más que tersa y sin sobresalto alguno, la primera sucesión rectoral en la universidad pública de Jalisco sin la presencia física de “El Licenciado”, pero siguiendo su ruta casi al pie de la letra: la de resolver la elección antes de la sesión del Consejo General Universitario, dando línea previa a los consejeros que el viernes pasado dieron una aplastante mayoría a favor de Planter.Era la prueba de fuego para saber si se mantendría la cohesión del grupo que fundó y lideró Padilla López hasta su suicidio en marzo de 2023, y que ha mantenido el control político de la UdeG desde hace más de tres décadas.Lo que queda del sanedrín universitario y que ahora encabeza el rector general saliente Ricardo Villanueva, junto con los exrectores generales Trinidad Padilla López y Tonatiuh Bravo Padilla, y el rector del CUTonalá, José Alfredo Peña Ramos, optaron, pues, nuevamente por este camino que mantiene los equilibrios internos del grupo hegemónico que controla la UdeG, pero que dejó para después un auténtico proceso democrático para elegir a la máxima autoridad en esta casa de estudios.