Acaban de volver de la Ciudad de México jóvenes egresados de la Licenciatura de Artes Escénicas de la UDG como ganadores del Festival de Teatro Universitario de la UNAM. Es el segundo año consecutivo en que jóvenes de esta escuela tapatía regresan del FITU con un premio; los premiados de 2018 eran aún estudiantes; esta vez se trata de egresados que integraron el grupo Nona Teatro y montaron la obra “Idiotas contemplando la nieve”, basada en el texto de Alejandro Ricaño. Algunos actores se trajeron menciones honoríficas; también los encargados de la música y de las pelucas que forman parte del vestuario. Llegaron felices y satisfechos de haberse animado a la experiencia, agradecidos con el apoyo de las autoridades de su escuela y tan orgullosos como cualquiera que sepa que se salió con la suya.Es muy difícil no emocionarse cuando la juventud se hace oír en los ambientes profesionales. En el teatro, esa energía y esa contundencia son siempre envidiables, si bien este arte exige años de esfuerzos y disciplina. Pero los jóvenes teatreros también renuevan la oportunidad de que una incipiente comunidad de profesionales tapatíos prefiera el diálogo, la colaboración y la cooperación por encima del conflicto entre iguales, la automarginación complaciente y la inacción política.Quién sabe qué hizo que algunas generaciones anteriores de teatreros tapatíos tendieran a separarse en tribus. Es injusto ponerlo de relieve sin conocer de fondo las historias individuales, y por fortuna muchos de los artistas con experiencia, precisamente, han decidido aliviar la distancia que hubo alguna vez respecto de sus compañeros y dignificar los lazos con espacios institucionales.Lo que sí queda claro es que hay jóvenes que ahora, en su tiempo, no quieren perder la oportunidad. Es evidente entre las más recientes generaciones de la UDG, del festivo Inart, del combativo Cedart José Clemente Orozco y de espacios que siempre harán falta en la ciudad, como la Escuela de Artes del Estado, que durante un tiempo animó a una aguerrida pequeña comunidad de teatreros. Muchos de esos jóvenes han asumido la responsabilidad de no dejar que sus diferencias, sus gustos y sus fobias los desunan como principio y, por el contrario, de procurar vínculos con los compañeros de la escuela de enfrente. Están poniéndole atención a sus colegas, lo cual es una primera forma de ofrecerse apoyo mutuo.Dado que son jóvenes, está por verse si la buena vibra de estos años redunda en decepción o en cualquier logro. Pero son jóvenes, así que quizá estemos viendo a generaciones que capitalizarán lo que sus antecesores sembraron y superarán la historia reciente. Véanse, si no, los buenos resultados de los dos grupos de la UDG que fueron al FITU.Una labor cuesta arriba para estos jóvenes: convencer a Guadalajara de que el teatro de arte que hay en esta ciudad sirve de algo, vale la pena y merece el tiempo y el dinero de los espectadores. No lo lograrán solos, pero, al parecer, están decididos a conseguirlo. Al tiempo. Carteleras: agoragdl.com.mx. ivangonzalezvega@gmail.com