
Inclusión en el Vaticano

Inclusión en el Vaticano
En el Vaticano fueron asignadas dos mujeres para ocupar altos cargos, a los que históricamente sólo llegaban varones. El Papa Francisco nombró a dos religiosas como las primeras “gobernadora” y “prefecta” en el país sede de la Iglesia Católica. Ambos nombramientos, en una institución arraigadamente masculina y jerárquica, replantean la inclusión y participación de mujeres con papeles de mayor liderazgo y visibilidad, en diversos ámbitos.
A partir de marzo de este año, Sor Raffaella Petrini, de 56 años, dirige la Gobernación y la Comisión Pontificia para el Estado Ciudad del Vaticano. Se trata de un cargo de gran relevancia y es considerado el más importante en la administración de la Santa Sede, porque desde ahí se ejerce el poder ejecutivo. La monja franciscana estudió ciencias políticas y es doctora en Ciencias Sociales.
Sor Simona Brambilla, de 60 años, fue nombrada “prefecta” de una oficia vaticana también de gran poder. La monja italiana está al frente del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, un departamento u organismo del que dependen todas las órdenes religiosas de la Iglesia. Antes del pontificado del Papa Francisco, los dicasterios sólo los dirigían cardenales y obispos.
“Gracias a Dios, las monjas están saliendo adelante y saben hacer las cosas mejor que los hombres. Es así... porque tienen esa capacidad de hacer las cosas, las mujeres y las monjas”, dijo el Papa Francisco durante una reunión con la Fundación Hilton en enero de este año.
En esa misma reunión, antes de que fuera hospitalizado por problemas respiratorios, el Pontífice señaló la necesidad de “superar la mentalidad clerical y machista” que hay en la Curia (el Gobierno de la Iglesia católica) e insistió en la importancia del liderazgo femenino. “Se piensa que las monjas, y también las mujeres, son ‘de segunda clase’. Se piensa esto... No se olviden que desde el día del Jardín del Edén son ellas las que mandan… ¡Las mujeres mandan!”, añadió.
La inclusión de mujeres en roles claves y cargos de alto nivel dentro de la institución religiosa ha sido una característica del pontificado del Papa Francisco. Hay algunos otros nombramientos, por citar solo un ejemplo, el de la historiadora Barbara Jatta como primera mujer directora de los Museos Vaticanos, en 2017; la brasileña Cristiane Murray, como subdirectora de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, en 2019, y Nathalie Becquart, subsecretaria en la Secretaría General para el Sínodo de los Obispos, desde el 2021.
El Vaticano es el país más pequeño del mundo (puede recorrerse a pie en una hora) y es sede de la Iglesia Católica; detrás de su funcionamiento siempre ha habido la presencia de mujeres laborando desde distintos espacios, pero hasta hoy en cargos de mayor nivel. Por eso, los cambios que suceden en esa pequeña Ciudad-Estado tienen un gran impacto y alcance alrededor del mundo entero. La inclusión de mujeres en puestos de poder -dentro y fuera la Iglesia- implica entender que su rol en la sociedad ha cambiado y se ha ido transformando, adquiriendo cada vez mayor relevancia. “Son las mujeres las que llevan adelante un país”, dijo el Papa Francisco en septiembre del 2024, y lo ha reafirmado con cada nombramiento.
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