Iniciado formalmente el proceso electoral federal y local 2023-2024, bien podríamos señalar que el ex alcalde de Ixtlahuacán, Eduardo Cervantes Aguilar, asesinado el miércoles pasado en aquel municipio que gobernó los trienios 2015-2018 y 2018-2021, se convirtió en la primera víctima relacionada con la competencia político electoral recién abierta en Jalisco.Como la clase política y gubernamental lo sabía, “El Doctor”, como le decían sus allegados, estaba metido de lleno para conseguir la candidatura priista por la alcaldía de Chapala, municipio vecino de Ixtlahuacán, para competirle al actual alcalde panista, Alejandro Aguirre, que aspira a la reelección.De esta aspiración de Cervantes Aguilar declaró a los agentes investigadores en la escena del crimen el miércoles pasado, su pareja sentimental Brisa Jazmín Medina Flores, al momento de reconocer el cuerpo baleado del ex edil y comentar que era doctor, pero se dedicaba a la agricultura y que trabajaba para participar en la elección por la presidencia municipal de Chapala.Era tal su propósito, que a la par de buscar la candidatura del PRI, también venía teniendo acercamientos con Morena, para tener esa opción como su “Plan B”.Pese a lo controvertido de su perfil, y a los detractores que le generaron las implicaciones en casos tan delicados como la desaparición de su primer comisario de seguridad pública, o la muerte del joven Giovanni a manos de sus policías en la cárcel municipal, denuncias de ser un amenazador de muerte, hasta las investigaciones de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) del Gobierno federal, que le congeló sus cuentas por sus presuntos nexos con la delincuencia organizada, Cervantes nunca perdió liderazgo en el medio político, ni capacidad de operación en la región de la Ribera de Chapala, donde era factor de negociación para definir candidaturas y espacios gubernamentales dentro del PRI y en otros partidos en aquella zona. Incluso los operadores políticos del Gobierno naranja, lo procuraban para negociar acuerdos.Por eso se logró reelegir en Ixtlahuacán en el 2018, cuando el PRI acabó de perder toda la zona metropolitana ante la ola naranja de los emecistas. Al dejar la alcaldía en el 2021, logró también imponer a su delfín, José Heriberto García Murillo, quien retuvo la presidencia municipal para el PRI.Así pues, el asesinato de “El Doctor” además de abrir el conteo de las víctimas relacionadas con las pre-pre campañas y la contienda electoral del 2024 en Jalisco, debe ser un llamado de atención para que los gobiernos federal, estatal y municipales, las autoridades electorales, y los partidos políticos trabajen y acuerden mecanismos para hacer frente a la violencia política contra las y los candidatos, aún más con la cada vez más amplia sombra e influencia de los grupos del crimen organizado que siempre ve en las elecciones, la oportunidad de crecer los territorios bajo su control en detrimento del Estado mexicano y de la calidad de vida de la población.