Lunes, 02 de Diciembre 2024

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El urbanismo fifí de la nueva administración federal: le debían dar, ya, el Pritzker; o Ubu Roi bis y reloaded

Por: Juan Palomar

El urbanismo fifí de la nueva administración federal: le debían dar, ya, el Pritzker; o Ubu Roi bis y reloaded

El urbanismo fifí de la nueva administración federal: le debían dar, ya, el Pritzker; o Ubu Roi bis y reloaded

El Pritzker es el mayor premio de algo que se conoce como arquitectura (el urbanismo es hijo de la arquitectura) del mundo. Algo así como el Nobel (que fue un señor escandinavo sumamente fifí que inventó la dinamita).

Empezó, la nueva administración federal, por destruir lo que iba a ser el mejor aeropuerto del mundo, y cancelando la oportunidad de restaurar todo el lago de Texcoco y mejorar así la precaria salud y la calidad de vida de 24 millones de chilangos. Así nomás, de un manotazo, como en la mesa de una cantina, tirando a la basura 25 años de esfuerzos de Alberto Kalach, Teodoro González de León y su equipo, quienes ya tenían listos todos los proyectos para rescatar 84 kilómetros de litoral y el lago que hubiera sido más grande que la bahía de Acapulco. Pero es de suponerse que los que tomaron esa decisión ni siquiera saben quién es Gonzalez de León, ni Le Corbusier, ni Palladio o Vitruvio, ni Kalach, ni el urbanismo. También tiraron así al caño, según los expertos, como 200 mil millones de pesos, más lo que se siga acumulando por las demandas de Sir Norman Foster (Premio Pritzker y el arquitecto más caro del mundo, a quien el despacho de urbanismo de la nueva administración tampoco conoce ni de nombre, como tampoco conoce al señor Pritzker) ni a Fernando Romero (arquitectos del aeropuerto que llevaba 30% de avance).

Siguió con el Tren Maya. Sin ningún estudio ni proyecto ni permisos de los habitantes ni manifestación de impacto ambiental ni idea de para qué sirven los trenes ni nada, la nueva administración, tan definitivamente orwelliana (La granja de los animales, que seguro tampoco han leído), dispuso hacer un gran tren, muy porfiriano, alrededor de la península de Yucatán y más. Se van a destruir así centenares de comunidades (de gentes y de animales y de árboles) que ahora viven muy en paz. Bravo.

Después recortó los fondos para la terminación de la línea 3 del Tren Ligero de Guadalajara, que hasta ahora ha costado 30 mil millones de pesos. Afectó así la vida de los cinco millones de tapatíos que viven en la segunda ciudad de este país que es la duodécima economía del mundo (o algo así). Eso puso furiosos a los tapatíos, con justa razón. Ahora parece ser que el gobernador algo logró destrabar al respecto. Ánimas.

También la nueva administración acabó rápidamente con Los Pinos, pero sigue sin la menor idea de qué hacer con esa muy histórica e importante mansión (megafifí y megacorrupta, aunque la haya hecho San Lázaro Cárdenas). Tampoco tiene ni idea de que un vecino del bosque de Chapultepec tiene desde hace años el proyecto de mudar al Presidente al Campo Marte y así convertir a Los Pinos y sus 60 hectáreas, junto con el Panteón de Dolores y otros predios, en una extensión del doble del parque público más importante de América. Pero a la nueva administración, América (que no es el equipo fifí, hay que aclararlo) y los parques parece que le valen cuatro hectáreas también.

No se fatiga al lector con otras igualmente lindas ocurrencias. Pero sí, segurito que ese despacho de urbanismo de la nueva administración se va a ganar el Pritzker. Qué orgullo. Y se lo van a volver a dar cuando a regañadientes se acaben de enterar de que lo de Santa Lucía es una ocurrencia megafifí y megaestúpida y tengan que retomar la construcción del aeropuerto de Foster y Romero y por lo tanto también puedan retomar y hacer finalmente el rescate del lago de Texcoco. Etcétera.

jpalomar@informador.com.mx

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