¿Cuál será el efecto Trump sobre la economía y la política mexicana? La pregunta flota en el ambiente y cada uno se imagina el apocalipsis a su manera. Algunos pocos, más sentados en el deseo antimorenista que en la realidad, creen incluso que el nuevo presidente estadounidense será una especie de vengador anónimo frente a la 4T. Nada más falso.Si algo debemos tener claro es que en cuanto comience su periodo presidencial, Donald Trump hará todo lo que dijo. Quizá esas políticas no se mantengan en el tiempo, porque todas tienen un rebote que afecta a Estados Unidos, pero lo hará porque, como buen populista, lo que le importa es el efecto comunicacional.¿Qué podemos esperar de Trump?1. Deportaciones masivas. Desde el primer día habrá deportaciones y crisis humanitaria en la frontera. Será una acción simbólica para negociar, aunque no podrá mantenerla mucho tiempo, pues Estados Unidos necesita más de un millón de trabajadores para el campo y servicios básicos. Lo que nos espera en los siguientes meses será terrible, con escenas dantescas, discursos incendiarios y violencia real a lo largo del muro fronterizo.2. Aranceles. El primer día del mandato de Donald Trump habrá un decreto de incremento de aranceles de 25 por ciento a algunos productos. No es el fin del tratado de libre comercio ni de la economía mexicana, pero sí un reto. La única respuesta posible de México es arancel por arancel, responder ahí donde le duela a la base electoral republicana (los productores de maíz, por ejemplo). Eso, sin embargo, traerá una afectación económica en ambos lados de la frontera, y sobra decir que en este caso el tamaño sí importa; la diferencia es descomunal.3. Política de seguridad. Como un acto simbólico de atención al problema de drogas, Trump va a declarar a los cárteles mexicanos como enemigo público. Todos sabemos que el problema de adicción a las drogas de Estados Unidos es interno, pero funciona muy bien para el discurso xenófobo decir que las drogas vienen de fuera. Lo que veremos a partir del día 22 será un cambio en la política de drogas estadounidense que va a generar inestabilidad y violencia en México.Si prevaleciera la racionalidad, los dos países tendrían que encontrar una forma de solucionar las diferencias entendiendo y atendiendo las necesidades mutuas. El problema es que si algo caracteriza al populismo es la irracionalidad. Los populistas, de ambos lados de la frontera, tenderán a buscar respuestas ideológicas que los fortalezcan políticamente, y es ahí donde lo que parece absurdo se vuelve no solo posible, sino probable.¿Listos para las Trumpadas?diego.petersen@informador.com.mx
