Lunes, 06 de Enero 2025

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Las advertencias de Salazar

Por: Raymundo Riva Palacio

Las advertencias de Salazar

Las advertencias de Salazar

Este año comienza con presagios ominosos para México por el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca en exactamente 15 días. Trump ha enfocado en México el mayor número de amenazas, comerciales, deportaciones masivas y contra los cárteles de las drogas, pero funcionarios del Gobierno de Claudia Sheinbaum y algunos empresarios sostienen que el segundo periodo de Trump en la Presidencia de Estados Unidos será positivo para México. Fuera de ese grupo y algunas voces aisladas en Estados Unidos, que piensan que las amenazas son de humo, nadie duda aquí o afuera que tomará medidas en distintos grados desde el primer día en la Oficina Oval que afecten a mexicanos en ese país e impacten en México.

La Presidenta Sheinbaum se ha inclinado hacia la minimización de las amenazas de Trump, aunque ha tomado medidas en el campo solo de la migración, que es la primera amenaza planteada, porque ha comprado el argumento de que Trump es transaccional. Es cierto, pero ese análisis, que se basa en su primer periodo de Gobierno, no se aplica para el segundo, donde las condiciones y circunstancias -al no poderse reelegir, no necesita hacer concesiones, y la sociedad está radicalizada- son muy diferentes a las que había hace ocho años.

El escenario más realista que le han presentado a Sheinbaum sobre lo que significará el segundo mandato de Trump lo planteó Ken Salazar, el saliente embajador de Estados Unidos, a un alto funcionario del Gobierno, que lo hizo llegar a la presidenta. Salazar comentó que México deberá esperar un endurecimiento superior al que tienen previsto en Palacio Nacional, porque lo que cree su Gobierno es que Trump desmantelará las políticas comerciales -toleró las violaciones al T-MEC a cambio de frenar la migración-, migratorias -relajamiento a las medidas draconianas de su predecesor-, y de seguridad -frenó dos investigaciones contra el ex presidente Andrés Manuel López Obrador por presuntos vínculos con el narcotráfico- del Gobierno estadounidense.

Trump lo ha venido subrayando en los mensajes que coloca en la plataforma X, donde se ha enfocado en los últimos días en la migración y las fronteras abiertas, a quienes responsabiliza de todos los males en su país.

Salazar reiteró, para que no se equivoquen en el Gobierno, que los principales temas en los que se enfocará Trump en el inicio de su administración son la migración -hace semanas adelantó que en su primer día en la Oficina Oval firmaría cinco decretos contra los migrantes- y el crimen organizado, cuyo subtexto es el tráfico de fentanilo.

La respuesta de México ha sido contratar abogados para pelear en las cortes estadounidenses contra Trump una decisión doméstica, un botón de pánico para cuando aceche la migra, y decirle mentiroso a The New York Times por un trabajo sobre las cocinas de fentanilo en Culiacán. La pelea allá es contra molinos de viento; en México, es para construir consenso para gobernar, creando un enemigo externo.

La señal que envió Trump es que esos dos temas son prioritarios en su agenda, señaló Salazar, como el nombramiento de Ronald Johnson, un coronel retirado que participó también en misiones paramilitares de la CIA en varias zonas calientes en el mundo, como su embajador en México. Salazar, que parece saber que Sheinbaum no tiene un canal abierto con el equipo de Trump, sugirió que buscaran a Christopher Landau, su predecesor, designado como subsecretario de Estado, para servir como una ventana en la nueva Casa Blanca.

No obstante, Landau no tiene una buena relación con varios miembros del equipo de Sheinbaum. Durante su paso por México tuvo varias fricciones con el entonces canciller Marcelo Ebrard, que comenzaron con la necedad de López Obrador de reabrir el caso de Rápido y Furioso, que había sido investigado y concluido por el Gobierno de Barack Obama en 2012. Ebrard se burló de Landau en otro momento y dijo que tenía problemas de traducción cuando señaló que la seguridad era fundamental para el crecimiento económico de México -que en los hechos probó ser cierto-. El ex embajador también le reclamó el ofrecimiento de asilo político de López Obrador a Julian Assange, el fundador de WikiLeaks, al que perseguían por violar leyes de seguridad nacional, y ante las críticas a Estados Unidos por el tráfico de armas que entraban a México para los cárteles, afirmó que Ebrard se había negado a recibir equipo para detectarlas.

Landau, de cualquier forma, será un canal diplomático, aunque quizás no tan amigable como Salazar se imagina, porque Sheinbaum ha tenido declaraciones y acciones muy opuestas a la futura política exterior de Washington. La más relevante es haber calificado recientemente al Gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela como “progresista” y anunciar que enviará una representación oficial a su toma de posesión esta semana.

Landau, así como el próximo secretario de Estado, Marco Rubio, ven a Maduro como un dictador, y no hay prácticamente nadie en el mundo, incluidos los Gobiernos de izquierda latinoamericanos, que definan a Venezuela como “progresista” (o democrático, como sugirió la presidenta), y que se reeligió mediante un fraude electoral que los tribunales venezolanos no han desmentido.

Posiciones de Sheinbaum como el mencionar a Maduro como un “progresista” -mismo nivel en el que ubicó a la dictadura cubana-, o las versiones de empresarios mexicanos que han mencionado que en al menos una reunión la presidenta elogió y pareció admirar al presidente ruso, Vladimir Putin -otro autócrata-, siembran más sospechas.

La actividad pública en México retomará su dinamismo a partir de esta semana, y continuaremos escuchando lo que está haciendo el Gobierno para contener o enfrentar las políticas que quiere Trump poner en marcha al retomar el mando. Sheinbaum ha perdido mucho tiempo al no establecer grupos de trabajo informales con el equipo del presidente electo “porque no han sido ratificados por el Senado”, que es un tecnicismo impreciso porque no todos tienen que pasar por ese proceso, como, por ejemplo, quienes redactan los decretos contra los inmigrantes. Su pasividad no ha sido prudente, sino un error estratégico, y aunque Trump no haga todo lo que amenazó con realizar de manera inmediata, nadie duda que habrá acciones antimexicanas.
 

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