Ya es ridículo. El veto avanza desde varios frentes y la pérdida es para todos. Los gobiernos a través de sus ministerios de cultura instruyen a sus artistas para que desde territorio extranjero cumplan con ciertos lineamientos pero estos, (lineamientos y gobernantes) osan jugar con la historia del arte, vocaciones y carreras de cientos de artistas poniendo en entredicho lo más importante, la realización humana a través de cualquier disciplina artística. En la gira de esta recién estrenada temporada de Primavera en Italia, Kiev exigió que sus artistas ucranianos no representasen ninguna obra que tuviera que ver o hubiera sido compuesta por un ruso, de no cumplirse así el mandamiento serían acusados ni más ni menos que de traición. Adiós “Oneguin”, adiós “Bella Durmiente”, adiós “Petroushka”, “Lago de los Cisnes”, “Cascanueces”, “Tres naranjas”, “Pájaro de fuego” y un sinfín de obras. A los bailarines ucranianos se les tiene prohibido participar en alguna función o convivir con sus colegas rusos, a los rusos, para acabar pronto, se les tiene prohibido bailar o tocar, punto. Me queda claro que Ucrania quiere separarse de todo lo que le suene a ruso pero la labor del arte, de la ciencia va más allá de lo que ordenen los gobiernos.Lo he escrito ya por aquí, la patria de un artista se configura en la obra que éste represente. Cuando se prepara un concierto o una puesta en escena, la música, el texto y cualquier movimiento son rasgos que van componiendo una nueva nacionalidad, que van envolviendo el espíritu de la humanidad yendo hacia un territorio de libertad en el que ser de un lugar en específico y jactarse de ello se vuelve una mera ilusión. La ceguera del poder y la guerra nos enajena al buscar respuestas donde generalmente uno buscaría preguntarse cosas distintas. Que en las fiestas de guardar, el silencio y el perdón se nos muestren como herramientas para nunca dividirnos sino hermanarnos ahí donde parece que no hay coincidencia. Que estos días de guardar no se conviertan en años para quienes quieren trabajar de manera honesta y digna. Que los refugiados de ambos países encuentren en el escenario, en una sala de exhibición un territorio seguro donde poder ser en lo individual y en lo colectivo, ahí es donde está el resultado final de una sociedad.Felices pascuas.argeliagf@informador.com.mx • @argelinapanyvina