Aunque ya lo esperaban, los demócratas están en ¡shock! y urgidos de tener un candidato a la presidencia. Si bien es cierto -parafraseando en parte a Gabriel García Márquez- que era “La crónica de una muerte de una ‘candidatura’ anunciada”, fue un “balde de agua fría” que sacudió al partido en el poder y los ha puesto “contra la pared” para encontrar a la brevedad posible una figura que pueda detener el “torbellino” de Trump que tomó velocidades extraordinarias después del atentado y que se ha convertido en huracán de categoría 5.El respaldo de Biden es a su vicepresidenta Kamala Harris para quedarse con el boleto de la nominación por razones obvias y de sentido común. Era algo que ya se susurraba en el ámbito político y se aceptaba como algo natural. Incluso se hablaba de que el carácter de Harris era el idóneo para enfrentar a Trump en caso de un cambio de rumbo en la nominación demócrata, llegándose a decir incluso que un enfrentamiento electoral entre Kamala Harris y Donald Trump sería llevar a la elección a la Fiscal vs el Criminal -por los antecedentes de ambos-. Además, las encuestas realizadas colocaban a la vicepresidenta en mejores condiciones que el mismo Biden. Ayer por la tarde los sondeos de opinión señalan a Trump con un 51 por ciento de la preferencia y el 48 por ciento para Harris, lo que no es una gran diferencia. Sin embargo, ayer después de conocerse la carta de Biden renunciando a la carrera para reelegirse, se convulsionó el partido demócrata y la división que se vio ante la disyuntiva de la continuación de Biden, con la nominación se significó más en la intención de seleccionar un nuevo candidato.Hay otros tiradores en el espectro demócrata que pudieran aspirar a obtener la nominación, como pueden ser el caso de Gavin Newsom -gobernador de California-, Gretchen Whitmer -gobernadora de Michigan-, Josh Shapiro -gobernador de Pensilvania- quien ayer respaldó a Harris, JB Pritzker -gobernador de Illinois-, Wes Moore -gobernador de Maryland- y Andy Beshear -gobernador de Kentucky-. Hay muchos aspirantes, lo que no hay es tiempo. La convención demócrata se inicia en 29 días -19 de agosto- en Chicago y la elección presidencial es dentro de 107 días -5 de noviembre-. Así como el tiempo se le vino encima a Biden -y mermaron sus condiciones humanas-, así se le vino el tiempo a los demócratas que aparentemente tienen que “resguardarse” en la figura de Kamala Harris ante el huracán republicano que amenaza “colarse” -otra vez- a la oficina Oval de la Casa Blanca.¿Usted, qué opina?