Primero que nada, deseo comunicarles que ya averigüé el apellido de Dulces nombres, que es Tarriba, por lo que la señora Presidenta, si usara esa costumbre, sería “de Tarriba” y sí estaría a mero arriba, pero ella dice que no es de nadie y que no lo usa, además de ser más elegantes y distinguidos sus apellidos extranjeros Sheinbaum y Pardo, que dan más lustre que un apellido mazatleco.Pues el barbaján del presidente Trump, tuvo la mala idea de decir que va a poner aranceles a nuestras exportaciones si no le solucionamos el problema de los migrantes que van para allá y el fentanilo, que es una droga que también va para allá; y no fue lejos por la respuesta pues Claudita, siguiendo los ejemplos del querido presidento Andrés Manuel López Obrador, quien era un gran devoto del género epistolar ( y a quien las malas lenguas dicen lo tiene alojado en secreto en palacio nacional), decidió contestarle por ese medio. Aunque yo no sé si el gabacho sabe leer o si lee cartas, pero la carta ya salió.En la citada misiva, Claudita, con toda la educación que la caracteriza, aunque no por eso exenta de dureza, le explicó al presidente electo gabacho por qué no le conviene lo que propone y como somos bien buenas gentes, le explicamos, porque creemos que no sabe y le decimos que por cada arancel que ponga, nosotros responderemos con otro más fuerte. Y no le dijo, pero le dio a entender, que ahí esta nuestro Ejército civil, porque el nuestro no es militar, pues según nos dijo ella misma, como la comandanta suprema es civil, pues el Ejercito es civil; eso sí le debe haber producido cus cus al “pelos de elote”.Los expertos, que casi siempre se equivocan en sus pronósticos, unos dicen que es amenaza, otros que son habladas de chivo, que no hagan caso, pero la mayoría apoyamos a Claudita, tope con lo que tope. Debe el presidento Trump hacerle caso a nuestra Presidenta, por aclararle lo que no entendía.Ahora que, con vista ranchera, lo que el güero quiere es que nuestra amada Presidenta, la más popular del mundo, debe hacer lo que hizo su popular –pero no tanto– antecesor, que fue poner a treinta mil soldados a parar a los migrantes, claro que con el respeto a los derechos humanos, como es costumbre que los traten (recomiendo no leer el libro de Ortuño que describe la situación).Lo otro que pretende el güero, no es una invasión militar, eso no, simplemente quiere disparar unos cohetes o drones que estallen debajo de la cama de los capos de tuti capos, que tanto los gringos como la Presidenta y sus cuerpos agregados (eliminando a los muy lambiscones, que mejor los deja en el Congreso pa’ que pierdan el tiempo), saben perfectamente donde está cada capo y sus capitos, todo es cosa de querer.