Los grupos del crimen organizado en México han adquirido tanto poder por décadas de corrupción del Estado mexicano, que hoy se sienten en condiciones de retar al tú por tú a las Fuerzas Armadas y a las corporaciones policiales nacionales y locales, a las que han infiltrado progresivamente también por años.Desde el pasado mes de noviembre los capos han escalado sus desafíos y ahora están en un franco toma y daca contra las fuerzas castrenses. La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) primero tuvo que responder en diciembre pasado con la detención de Antonio Oseguera Cervantes, hermano de Nemesio, alias “El Mencho”, considerado el líder de este grupo delincuencial y quien encabeza la lista de los más buscados en México y Estado Unidos desde hace casi una década, porque atribuyeron a este grupo delincuencial el asesinato el pasado 24 de noviembre, del coordinador de la Guardia Nacional en Zacatecas, el general José Silvestre Urzúa Padilla, y de la desaparición en diciembre cuando vacacionaba en Jalisco del coronel de Caballería Diplomado de Estado Mayor y comandante del 16/o Regimiento de Caballería Motorizado con sede en Nuevo Laredo, Tamaulipas, José Isidro Grimaldo Muñoz.Ayer se vivió un triple capítulo de narcoviolencia, pero ahora contra el cártel de Sinaloa, que también respondió agrediendo de muerte a otro alto mando militar. Luego del Culiacanazo 2.0 que incendió a Sinaloa tras la recaptura de Ovidio Guzmán, y el casi simultáneo enfrentamiento en Ciudad Juárez con los sicarios de “Los Mexicles” en el que abatieron a su líder “El Neto”, luego de que el domingo lo sacaron, junto con otros 29 presos, a sangre y fuego del penal, dejando un saldo de 17 policías y reos muertos, las milicias del cártel de Sinaloa emboscaron al coronal de infantería, Juan José Moreno Orzua, comandante del 43 Batallón de Infantería, con sede en Tepic, pero que se dirigía a Sinaloa, junto con sus cuatro escoltas, para ayudar en la contención de la violencia generada por los sicarios tras la detención de Ovidio. Todos fueron asesinados en el municipio de Escuinapa, en territorio sinaloense.Este nuevo jueves negro, en el que al igual que en el primer operativo militar fallido del primer Culiacanazo el 17 de octubre del 2019 que, por órdenes presidenciales, soltaron a Ovidio, las milicias del cártel de Sinaloa rebasaron en Culiacán a los soldados y policías al sitiar y agredir a muchos ciudadanos a los que despojaron de sus coches para incendiarlos y dispararon contra aviones civiles y militares, pinta de cuerpo entero la dimensión de esta escalada en el desafío mafioso al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, quien por cierto, nunca ha sido tan enjundioso en su discurso contra el narco, como contra sus adversarios políticos y periodistas incómodos. Habrá que ver hoy si hay algún cambio en su discurso desde la mañanera.jbarrera4r@gmail.com