Un cambio de propietario como el que está viviendo Atlas en estos momentos es un suceso que marca para siempre a un equipo de futbol.Por ejemplo, la historia moderna de Chivas, el otro equipo tapatío en Primera División, puede dividirse en dos eras marcadas por sus dos dueños más recientes, Salvador Martínez Garza y Jorge Vergara. La experiencia del Guadalajara, que peleará por no descender este año futbolístico, muestra que un cambio de propietario no siempre es una panaceaFuera de México, el campeonato italiano ofrece ejemplos brillantes y opacos de las consecuencias de un cambio de propiedad. Silvio Berlusconi tomó el mando de un alicaído Milan en los ochenta y lo convirtió en un equipo de época con su triple infusión de capital económico, político y mediático.Por otra parte, el mismo Milan, el Inter y la Roma tienen hoy nuevos dueños, todos ellos extranjeros, pero ninguno ha producido hasta ahora resultados deportivos entusiasmantes, en parte a causa del dominio asfixiante de la Juventus, en manos de la familia Agnelli desde 1923.En Francia, el Lyon es un ejemplo de los efectos benéficos que puede tener un cambio de propiedad. Jean-Michel Aulas tomó el mando del equipo en 1987 y lo llevó de la Segunda División a los primeros planos del futbol europeo.El hecho de que además de Atlas, el Grupo Orlegi de Alejandro Irarragorri también sea propietario de Santos y el Tampico Madero abre una serie de problemas que no se han presentado hasta ahora en el futbol europeo, pero no son tan ajenos a él como podría imaginarse.El paso de Atlas a un conglomerado de equipos es una manifestación de la multipropiedad, ese vicio irrenunciable del futbol mexicano, pero también corresponde a los tiempos del deporte a nivel mundial, que vive la era de llamada Multi-club Ownership (MCO).La UEFA se esmera por evitar que un solo inversionista tenga la mayoría de acciones de más de un equipo de una misma competición para evitar conflictos, pero el fenómeno de las MCO es tan difundido que la Federación europea no pudo evitar que el año pasado se enfrentaran en la Europa League el Salzburgo y el Leipzig, ambos propiedad de la misma compañía fabricante de bebidas energéticas.Sobre todo en Italia existen grupos que presionan para que la multipropiedad sea permitida dentro de una misma Liga, por lo que no sería extraño ver en el futuro ese fenómeno en alguno de los mejores torneos del mundo.Dos de los pioneros en la multipropiedad de equipos fueron Fenway Sports Group en Estados Unidos y Enic en el Reino Unido, un ejemplo que Irarragori debe conocer en primera persona, ya que el empresario vivió en Inglaterra en los noventa.Enic adquirió el Tottenham en 2000 y el próximo 1 de junio los Spurs disputarán la primera Final de la Champions League en su historia ante el Liverpool, que desde 2010 es propiedad de Fenway, un par de ejemplos que pueden hacer sonreír a los aficionados rojinegros.