“A Raúl Padilla se le acabó el veinte”, declaró el gobernador Enrique Alfaro Ramírez el pasado viernes 25 de noviembre en la víspera de la 36 edición de la Feria Internacional del Libro (FIL), la más grande de la literatura en español y la segunda del mundo, después de la de Frankfurt.Días previos había el rumor que desde el Gobierno del Estado se trataría de boicotear las actividades de la FIL que organiza la Universidad de Guadalajara (UdeG) desde 1987. En la entrevista del pasado viernes, Alfaro negó que se quiera boicotear a la FIL, pero sí reconoció que nadie de su Gobierno, ni de los presidentes municipales de Movimiento Ciudadano (MC) o los legisladores de su partido, asistirían al principal evento cultural y literario de Guadalajara y uno de los más grandes del país. Este fue el mensaje político de Alfaro: “No podemos boicotear un evento que es de la ciudad, el Gobierno de Jalisco no organiza marchas ni vamos a intervenir a nada que tenga que ver con la FIL, el silencio es lo que ha lastimado tanto a la Universidad, tener una Universidad que no se puede permitir y por eso llegó también el momento de decir que a Raúl Padilla se le acabó el veinte, ya llegó el gobernador que va a acabar con esa historia”. Y aunque sostuvo que desde el Gobierno y su partido MC no harían boicot a la FIL, al final se cumplió la sentencia y ningún representante del Gobierno estatal acudió a la inauguración, algunos alcaldes dejaron sin montar los stands que ya habían apartado en la feria y se ordenó que nadie del Gobierno o MC participara en actividades del evento. Pero el embate ha sido más amplio. Se convocó a funcionarios, trabajadores públicos y militantes de MC, muchos de ellos coaccionados, a manifestarse el sábado en la inauguración de la FIL frente a Expo Guadalajara, lo que creó algunos momentos de tensión con universitarios que salieron a resguardar el recinto ferial. La muestra más clara de este boicot de MC a la actual edición de la FIL fue la cancelación de última hora de Dante Delgado, dirigente de MC, que estaba invitado a participar ayer martes en un foro sobre populismo y democracia en el que participó Porfirio Muñoz Ledo. Ya desde la semana pasada el alcalde de Monterrey, Luis Donaldo Colosio, canceló también su participación en la FIL. En lo que resta de la FIL hay otros políticos de MC, como Pablo Lemus, presidente de Guadalajara, invitado a un foro sobre desafíos de gobiernos municipales. A juzgar por la presión que ha ejercido Alfaro, será difícil que acuda Pablo Lemus, quien como Juan José Frangie (alcalde de Zapopan) tiene amistad cercana con Raúl Padilla, la némesis de Enrique Alfaro y cabeza del grupo político que gobierna y controla la UdeG desde hace 33 años. Tratando de minimizar el conflicto, el presidente de la FIL, Raúl Padilla, dijo que “no pasa nada”, por estos intentos de afectar a la FIL. Pero al interior del Grupo UdeG debe haber cierta preocupación. Nunca antes un Gobierno estatal, que también es patrocinador de la FIL, había maniobrado a tal envergadura para tratar de boicotear el principal evento cultural y literario que organiza la UdeG. Y que también le genera dividendos políticos y de legitimidad. Por eso los intentos de afectar a la FIL deben enmarcarse en el contexto del conflicto político que el grupo que controla el Gobierno del estado decidió emprender contra el grupo que controla la UdeG. Me parece que la escalada del conflicto no va a parar con el intento de boicot a la FIL, sino que es el inicio de una maniobra para tratar de desplazar al grupo que encabeza Padilla de la UdeG e impulsar a una corriente afín o directamente al mando del grupo de Alfaro. Más allá de las probables revanchas personales de Alfaro contra Padilla, parece ser la apuesta de un grupo político que ya controla el Gobierno estatal y que tiene influencia nacional en MC para hacerse del control de la UdeG, lo que representa una importante tajada del poder en Jalisco, y en el país. La lectura de los movimientos de Alfaro y su grupo parecen dar a entender que están confiados en ganar esta apuesta política, y que no van solos en el intento. No fue coincidencia que no asistiera a la inauguración de la FIL ningún representante de relevancia del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Marcelo Ebrard canceló también de última hora su asistencia a la FIL. Es una apuesta arriesgada que anticipa meses de mayor tensión política en Jalisco. Y además es una apuesta que pone en riesgo la autonomía de las funciones sustantivas de los universitarios, así como la libertad de cátedra y de expresión. No hay duda que la UdeG debe renovar y democratizar su procedimientos para elegir a sus autoridades, y tanto los órganos de gobierno como los representes gremiales deben elegirse por los propios universitarios. Pero no debe ser desde afuera, desde la presión de un grupo político y sus cacicazgos que se maniobre e imponga un cambio. En todo caso, debe ser obra de los propios universitarios.rubenmartinmartin@gmail.com / @rmartinmar