En estos días, en la antesala de la elección presidencial estadounidense, en ambos partidos -republicano y demócrata- la discusión se concentra, más que en propuestas, en la figura del presidente Joe Biden. Por parte del GOP (Grand Old Party), piden la destitución del mandatario, mientras que del liberal moderno -actualmente en el poder- la defensa férrea del hombre que despacha en la oficina Oval y quien busca la reelección. La verdad de las cosas, es que Washington -y el ambiente político en todo el país- está lleno de dudas, preocupaciones y temores. Dudas sobre la condición física del presidente, preocupaciones porque a la vista no hay una figura que pudiera postularse como sustituto y temores -de muchos sectores internos y a nivel internacional- de que Trump pudiera llegar nuevamente a despachar desde el 1600 de la Avenida Pensylvania.El informe del fiscal especial Robert Hur, que sigue las investigaciones de los documentos secretos encontrados en posesión de Joe Biden, que hablan de los testimonios en donde aparentemente el mandatario no se acordaba de las fechas en que fungió como vicepresidente, ni de la fecha de la muerte de uno de sus hijos, plantearon dudas sobre una evidente pérdida de su memoria, que a la postre fueron motivo para que legisladores republicanos hablarán en el Congreso de aplicar la enmienda 25, la cual permite destituir a un presidente si no está capacitado para el cargo.“Su actual condición física y mental debería impedirle ser presidente de los Estados Unidos”, dijo el congresista Greg Murphy, mientras que Josh Hawley ratificó que “Joe Biden no está apto para el cargo”. Para muchos enterados de lo que sucede en las entrañas de Washington todo esto se trata de temas políticos cuando estamos en un año de elecciones. Sin embargo, han sucedido varios detalles que nos hablan de la condición que guarda el estado físico de Joe Biden, quien ha tropezado en varias ocasiones en la escalera del avión presidencial, susnotorias pausas en medio de conferencias de prensa donde se le olvidan algunos nombres de los reporteros o que olvida la pregunta, su manera de desplazarse y su reciente confusión de los líderes de México y Egipto, Andrés Manuel López Obrador y Abdelfatah al-Sisi.El portavoz de la campaña de Biden, Daniel Wessel, dijo el domingo a la cadena de televisión NBC que “El Partido Demócrata está unido en apoyar al presidente Biden, quien será el candidato este otoño y hará de Donald Trump un perdedor por segunda vez este noviembre”. Es una declaración optimista pero no realista, ya que todas las encuestas dan una clara ventaja a Trump sobre el presidente, quien continúa con una elevada desaprobación.La verdad de las cosas es que detrás de los demócratas no hay -hasta el momento- una figura que pudiera surgir de manera express para ganar la nominación republicana, máxime cuando las elecciones primarias ya se cumplieron en algunos estados. En los Estatutos del Comité Nacional Demócrata se establecen los mecanismos para sustituir a un candidato en caso de cualquier eventualidad, pero los analistas ven difícil que hasta estas alturas se pueda llevar a cabo un cambio brusco sin que el panorama actual represente una emergencia, como estuvo a punto de suceder en 2016, cuando hubo un intento por parte del comité del partido de quitar a Hillary Clinton. Lo que sí hay, es un elevado riesgo -como se vislumbra- de perder la elección.Y el temor general que existe, no solo en un sector de Estados Unidos sino en muchas partes del mundo, es lo que representaría el regreso de Trump a la presidencia de los Estados Unidos, por el divisionismo que provocaría, la inestabilidad que incitaría y los riesgos que se tendrían con sus atrevidas iniciativas, como ya sucedió la semana pasada cuando dijo que “animaría” a Rusia a “hacer lo que demonios quiera” y se alejaría de la alianza con la Organización del Atlántico Norte (OTAN), lo que ha puesto a temblar a prácticamente toda la comunidad internacional.¿Usted, qué opina? Daniel Rodríguez daniel.rodriguez@dbhub.net
