Jueves, 21 de Noviembre 2024

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Audacia o estupidez

Por: Pablo Latapí

Audacia o estupidez

Audacia o estupidez

Seguimos sin comprender qué es lo que motivó a Roberto Téllez, presidente municipal saliente de Atlacomulco en el Estado de México a tan solo unos días de terminar su gestión (morenista) a levantar una estatua de cantera del Presidente López Obrador.

Lo hizo a la mitad del sexenio lopezobradorista y en territorio priísta porque de ahí salieron los gobernadores mexiquenses más poderosos incluso el que después sería Presidente Enrique Peña Nieto.

Provocación o estupidez el caso es que en menos de una semana la mencionada estatua apareció en el suelo y ya sin cabeza.

Una de mis primeras imágenes de la Ciudad Universitaria de Ciudad de México fue cuando mi padre me llevó a conocerla y recuerdo que en la explanada principal, frente al edificio de Rectoría, había una gigantesca estatua pero toda pintarrajeada y ya sin cabeza.

¿Qué era aquello?, pregunté.

Y es que cuando la CU fue inaugurada allá por la década de los 50 era presidente Miguel Alemán, y a manera de homenaje le levantaron esa enorme estatua en su honor vestido con toga y mirando hacia el formidable campus universitario.

No se necesitaba ser genio para saber que aquella estatua era una auténtica provocación a pesar de que la UNAM era mucho menos grilla de lo que fue años después.

Y fue precisamente después de un conflicto sindical universitario que una noche “alguien” trepó a lo alto de la estatua, taladró el cuello, introdujo un cartucho de dinamita e hizo volar por los aires la cabeza.

Días después, que fue seguramente cuando yo la conocí, la estatua fue pintarrajeada, después cubierta con unas enormes láminas y finalmente derrumbada en su totalidad, incluido el pedestal, hasta desaparecer.

Ya para los Juegos Olímpicos de 1968 que se inauguraron en el estadio olímpico de enfrente no quedaba ni rastro de la estatua.

Algo equivalente hizo el presidente municipal de Atlacomulco con la estatua de López Obrador, máxime cuando en tres días un gobierno de la Alianza (incluido el PRI) tomaría posesión.

¿Por qué lo hizo? ¿Audacia para quedar bien con el Presidente? ¿Estupidez de no medir en qué iba a terminar?

Aunque existe una tercera hipótesis de que fue para ganar protagonismo.

No hay nada que valore más un político mexicano que los reflectores, para bien o para mal.

Hay que estar en los medios a toda costa.

Y en este caso, hay que reconocerlo, este Roberto Téllez ganó popularidad con su iniciativa, se convirtió en un alcalde muy menor que trepó a las primeras planas e incluso el Presidente López Obrador le agradeció el gesto “con amor” aunque, dijo, hubiera preferido que no se levantara la estatua.

México es un país tradicionalmente dividido entre quienes apoyan al Presidente y quienes lo critican, pero nunca antes como ahora había estado tan polarizado entre chairos y fifís, por lo que definitivamente levantar esa estatua haya sido por audacia o haya sido por estupidez se convirtió en una provocación mayúscula, y así le respondieron.

platapi@hotmail.com

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